Empecinada es mi espalda que se curva a medida de tus deseos.
Empecinadas mis piernas en pos del intento de circundar tu cintura.
Empecinado mi vientre despierto y el olor de mi sexo en calentura-pura.
Empecinada soy, y entre varias, la MÁS
más que el
resoplar del viento... (empecinado)
que sueña y se empeña
en poder apagarme. ¡Iluso él!
No hace más que
consumirme de a poco (y de gozo)
entre las lenguas de
mi propia hoguera.
(Porfía...hemos de
resumirlo en porfía)
Y es que no basta para
saber amarte el poseer un sentido:
es menester para este
cometido el haberte y saberte con todos.
Y empecinada en ello,
he de revertir el tiempo en un acto de osadía
para que liguen los
huesos y se dispare el movimiento
...empecinado...
en un levantar por
fuera, en un deslizar por dentro
en un cambio de
montura y en el lado de los cuerpos
...empecinados...
dale que dale empeño,
hasta perder aliento.
(Busca escondites
nuevos).
Traspasemos las
fronteras de lo mío y de lo tuyo:
hablaremos de “lo
nuestro”, así de este modo
no habrá falta de
respeto y, empecinados...
soltaremos
nuestros ruegos: ¡Dale que dale
perro!
Remóntame las caderas
para desconcharme luego
...empecinado...
que aquí no sirven
blanduras, sino tu blandir de acero
...empecinado...
córtame la cordura en
un dos por tres que quiero
(sólo por el placer
de hacerlo), lanzarme al mar la
primera
...
empecinada...
o dispararme
al cielo de lleno para arrancarle al
tiempo mi premio:
antes que tú te
derrumbes, empecinado, en el umbral de mi templo
poder cogerte de
nuevo.
Y dale que dale
haciendo
...
empecinados...
que aún no se apaga la
luna,
que no ha de acabar
este cuento.
AMANDA ESPEJO. Poeta, escritora y editora. Trabaja desde hace nueve en Revista La Mancha, publicación virtual y de papel. Su trabajo se puede apreciar en numerosas publicaciones virtuales y variadas antologías (poesía y narrativa) nacionales e internacionales. Ha publicado: No hay más que ESTO (poesía); Décimas sobre un barco de papel (poesía); Entre-Lunas (poesía). Actualmente prepara un libro de relatos, especialmente los destacados en algún certamen.
Imagen | Paul Klee, 1922. Pen and watercolor. Colección de Heinz Bergguen. París. Francia.
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