CULTURA DIGITAL Yayoi Kusama, reinventar las obsesiones | Redacción Bitácora de vuelos


Yayoi Kusama nació en la ciudad de Matsumoto, Japón en 1929. Después de crear obras poéticas y semiabstractas en papel en la década de 1940, comenzó su célebre serie Infinity Net (Red infinita) a finales de los años cincuenta y principios de los sesenta.
        Estas pinturas extraordinariamente originales se distinguen por la repetición obsesiva de pequeños arcos pintados que siguen patrones rítmicos mayores. Su traslado a Nueva York en 1957, donde conoció a Donald Judd, Andy Warhol, Claes Oldenburg y Joseph Cornell, constituyó un parteaguas en la carrera de la artista.


Kusama dejó la pintura y empezó a crear esculturas blandas conocidas como Accumulations (Acumulaciones): objetos cotidianos como bolsos, sillas, escaleras de mano y zapatos, cubiertos con elementos rellenos de tela que se asemejan a falos [la serie conocida como Sex Obsession (Obsesión por el sexo)] o con pasta seca [la serie Food Obsession (Obsesión por la comida)].
        Estos objetos siniestros de elementos casi idénticos comparten la seriación y la repetición que caracterizaron el minimalismo y el arte pop, pero al mismo tiempo son expresiones auténticas de la compulsión de la artista por repetir sus obsesiones psicológicas, las cuales marcaron el principio de un proceso de radicalización de su trabajo que continuó con la instalación fundamental Aggregation: One Thousand Boats Show (Conglomerado: Espectáculo de mil botes, 1963), en la que en una sala construida ex profeso se exhibió un bote de remo con incrustaciones fálicas, rodeado de 999 imágenes fotográficas idénticas y estampadas en serigrafía en papel tapiz; y con Infinity Mirror Room – Phalli’s Field (Sala de espejos del infinito – Campo de falos, 1965), el primero de una serie de ambientes inmersivos en los que la participación del espectador activa y completa el significado de la obra.
        La radicalización y la desmaterialización progresivas del trabajo de Kusama —lo que ella denominó “autoborramiento”— continuaron en performances en vivo, happenings, acciones e intervenciones que se convirtieron en elemento básico de la subcultura del downtown neoyorquino y le ganaron a la artista la atención y notoriedad del gran público. Una presentación enfocada en materiales de archivo da vida a sus múltiples actividades como artista, diseñadora de modas, empresaria y emprendedora.




Kusama’s Self-Obliteration (1967), un filme formalmente experimental que funciona como una especie de cine ampliado, documenta las inspiradas actividades participativas de la artista (Kusama estaba intuitivamente en sincronía con el antinómico Zeitgeist que prevalecía en Estados Unidos a finales de la década de 1960) y presenta un resumen de su arte hasta ese momento.
        En 1973 Kusama regresó a Japón y desde 1977 vive por voluntad propia en una institución psiquiátrica. El marcado carácter psicológico de su obra siempre ha tenido como contrapeso toda una gama de innovación y reinvención formal que le permite compartir su singular visión con un público amplio a través de un espacio reflejado hasta el infinito y los lunares obsesivamente repetidos que la volvieron famosa. 


Con información de Museo Tamayo y Museo Reina Sofía.
Página de Yayoi Kusama


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