CULTURA DIGITAL Conocer todas las facetas del hombre. La fotografía de Gillian Wearing


Me gustaría descubrir tantas facetas de la gente como fuera posible. Las personas me interesan más que yo misma, tal vez de eso se trata. [Gillian Wearing]
Gillian Wearing nació en 1963 en Birmingham (Reino Unido). Vive y trabaja en Londres. Es un miembro clave de los Young British Artists (YBAs), el grupo que saltó a la fama a principios de los noventa con obras que destacaban por sus planteamientos llamativos, antiautoritarios e incendiarios. Wearing se distingue especialmente entre ellos por las tácticas más sutiles y comedidas que empleaba para provocar e inquietar. La artista, que trabaja principalmente con el cine y la fotografía, ha tratado de explorar el dominio oculto que reside en algún punto situado entre la identidad privada del individuo y su cara pública, una dicotomía universal que resulta enormemente atrayente en el nivel más personal.


La obra más famosa de Wearing es sin duda la serie de fotografías de principios de los noventa en las que mostraba a miembros del público sujetando carteles escritos a mano que expresaban lo que estaban pensando. Un policía, por ejemplo, aparecía sosteniendo una cartulina blanca con una sola palabra, «HELP» (ayuda), estampada en ella. En los últimos años, Wearing ha desarrollado una colección de autorretratos que la muestran con diversas caracterizaciones, algo que recuerda a la obra de la artista norteamericana Cindy Sherman.



Cubierta con máscaras protésicas elaboradas con detalle y minuciosidad, modeladas originalmente a partir del rostro de la artista y esculpidas después para representar al sujeto de la fotografía, Wearing ha asumido la identidad de numerosas personas, desde Andy Warhol a su propia abuela. Solo el acabado tosco de los orificios para los ojos revela la verdadera identidad de la modelo y los niveles de falsa apariencia implicados.


A lo largo de su trayectoria, esta artista se ha apropiado de técnicas típicas del teatro, el cine y los realities televisivos, las formas de ocio que dominan hoy en día buena parte de la vida moderna. Gracias a la magistral mano de Wearing, una máscara, un disfraz o un decorado cuidadosamente diseñado —todos ellos artificios— enfrentan paradójicamente al espectador a una respuesta emocional muy real. Como resultado, Wearing desafía no solo la relación entre lo público y lo privado, sino también la que se establece entre el artista y el espectador.



Wearing fue objeto de una retrospectiva individual en la Whitechapel Gallery de Londres a principios de 2012 y ganó el premio Turner en 1997.





Fuente
1. Fundación Banco Santander

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