Se acerca una de las épocas más conmovedoras, comerciales, sentimentales, agobiantes, etc., de nuestro año. Y como cansado de tanto dulce, cenas y regalos también decide cambiar de mes.
Mi nombre es Urla Poppe, radico en Madrid desde hace ya algunos años y debo reconocer que todavía me cuesta mucho acostumbrarme a celebrar navidad con frío. Yo soy de Perú y como saben muchos que viven en la zona sur del planeta, ahí es verano. Sí, recibimos a Papa Noel en bañador, aunque comemos pavo y chocolate caliente. Producto de nuestra ya famosa fascinación americana.
Quería empezar a escribir aquí en esta revista tan maravillosa, que da vida a tantos cuentos, poemas, escritores, lectores... Y para eso les traigo un pequeño cuento de acuerdo con estas fechas que se acercan. Felices fiestas para los que se sientan identificados con estos excesos de luces y para los que no son muy fans una pequeña palmadita en la espalda y decirles que ya queda poco.
Mi nombre es Urla Poppe, radico en Madrid desde hace ya algunos años y debo reconocer que todavía me cuesta mucho acostumbrarme a celebrar navidad con frío. Yo soy de Perú y como saben muchos que viven en la zona sur del planeta, ahí es verano. Sí, recibimos a Papa Noel en bañador, aunque comemos pavo y chocolate caliente. Producto de nuestra ya famosa fascinación americana.
Quería empezar a escribir aquí en esta revista tan maravillosa, que da vida a tantos cuentos, poemas, escritores, lectores... Y para eso les traigo un pequeño cuento de acuerdo con estas fechas que se acercan. Felices fiestas para los que se sientan identificados con estos excesos de luces y para los que no son muy fans una pequeña palmadita en la espalda y decirles que ya queda poco.
UNA NOCHE DE NAVIDAD
—Carlos
—Ana se sentó en el sofá y sin cambiarse, empezó a hablar con él—, tengo algo
que decirte.
—Dime
qué te pasa, llevas muy mala cara. No quieres que te prepare algo de comer, ya
sabes cómo son en estos viajes que prácticamente no comes nada.
—Por
favor Carlos, siéntate. Esto es algo importante y no quiero seguir con esto
dentro de mí.
Carlos
se sentó, estaba tratando de disimular su nerviosismo. Sabía que algo malo
había pasado. Durante el tiempo que Ana estuvo de viaje, ella no había llamado,
ni había escrito para decirle que todo estaba bien. Ella era fotógrafa y en su
trabajo le mandaron hacer algunas fotos del Fórum de Barcelona y eso le había
tomado dos meses. Carlos sabía que ella adoraba su trabajo y era lo más
importante en su vida.
—Es
cierto que te mereces una explicación por mi indiferencia, por no haberte
llamado, ni escrito. Sé que debí hacerlo, pero tenía que irme y alejarme de ti
y así ver si realmente estoy enamorada de ti o no. Este viaje me sirvió de
mucho, porque pude estar sola y pensar sobre nuestra relación y nuestro futuro
juntos. Al principio me sentí un poco rara porque había estado tanto tiempo
contigo, que me había olvidado de estar conmigo misma. Me di cuenta que creo
que me equivoqué.
—Y
qué es de lo que te arrepientes.
—No
pienses que me arrepiento de algo. Te quiero y sé que en ese momento no hubiese
tomado otra decisión mejor.
—Pero...
—Pero
necesito más tiempo, necesito tiempo para mí, para mi carrera. Quiero viajar,
conocer otros lugares, quiero conocer el mundo.
—Y
crees que a mi lado eso no va a ser posible, ¿no?
—Espero
que algún día me comprendas. Perdóname por esto, yo...
—No
tienes nada de qué pedir perdón. Yo te quiero y siempre he deseado lo mejor
para ti. Y si crees que esto te hará sentir así, pues adelante. Yo no te
detendré.
Ana
lo miró con los ojos llenos de lágrimas. Sabía que Carlos la quería demasiado y
que era capaz hasta de sacrificar todo por ella. Se acercó a él y le dio un
beso. Sintió dentro de ella que nunca lo había besado así, que ahora lo quería
más que nunca y que era el hombre de su vida.
Esa
noche, un veinticuatro de diciembre, en medio de aquel salón hablaron como nunca
lo habían hecho... Un mes después, Ana se fue a Francia.
URLA
ANGELA POPPE
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