ENTREVISTA Dante Medina: «Nunca mi escritura ha intentado darle gusto a alguien, ni al lector, ni al editor, ni a los amigos, ni a la familia» | Nadia Contreras


Dante Medina (Jilotlán, Jalisco, 1954), reúne en Con juego en la lengua (2020), sus 16 novelas, publicadas desde 1987 hasta 2017. En cuatro volúmenes, editados por Amargord Ediciones en coedición con PuertaAbierta Editores, se concentra de manera cronológica el trabajo del escritor que originalmente había publicado en diversos sellos como Tusquet, Alianza Editorial, Ediciones B, Fondo de Cultura Económica. Previamente, a raíz de este proyecto recopilatorio, Medina ha publicado cuento y poesía. En 2021 publicará su colección de teatro para concluir en 2022, con la publicación de sus ensayos. Por este motivo, el escritor concede a Bitácora de vuelos ediciones una entrevista para hablar acerca de su carrera literaria, sus novelas completas, el lenguaje, la inventiva, su postura como escritor.

CON JUEGO EN LA LENGUA

— Nadia Contreras (NC): Platíquenos sobre la recopilación de sus novelas que dan como resultado los cuatro volúmenes de Con juego en la lengua. Hablamos de textos escritos en 1987 en donde la forma de trabajo era muy distinta. ¿Cómo fue todo este proceso?
       — Dante Medina (DM): La pregunta que haces es muy interesante porque tiene que ver con la biografía de los escritores que tenemos más de 60 años. Somos escritores que pertenecemos cuando menos a dos épocas bien definidas: la época de la máquina de escribir y la época de procesador de textos. Para empezar, diré que las novelas que ahora conforman Con juego en la lengua, se respetaron tal como fueron publicadas originalmente. No se tocó nada porque no se trataba de actualizar, de reescribir, de reeditar. Obviamente, se eliminaron erratas, pequeños detalles. Para este trabajo, se tomó la edición más limpia.
       —NC: Si retomamos las fechas en que se publicaron sus primeras novelas, sería erróneo pensar que fueron enviadas en formato digital a la editorial.  
       —DM: Mencionaba las dos épocas a las que pertenecemos las generaciones de mi edad, porque efectivamente, me topé con novelas de las que no había manuscrito. De Tola (1987), Cosas de cualquier familia (1990), Sólo los viajeros saben que al sur está el verano (1999) no había ni siquiera original. Junto con Sandra Ruiz-Llamas, que en la portadilla aparece como editora, tuvimos que trabajar muchísimo. Teníamos que resolver y lo hicimos. Escaneamos la obra, la pasamos por un reconocedor de texto para convertirla en un archivo editable una vez que unimos página por página. Sin embargo, hay que revisar minuciosamente; suele pasar que cuando las letras están muy pegadas o hay una mancha en el original, el reconocedor hace un trabajo erróneo. Revisar línea por línea, cotejar con el original, son actividades muy difíciles.
       Otra complicación fue la escritura de las novelas. Cosas de cualquier familia, por ejemplo, es una novela muy diseñada. Cada página la hice salvajemente con tijeras y resistol a tal punto que cuando la publicó Tusquet, me pidieron viajar a Barcelona para estar al tanto de la edición de la novela. Era una locura, no existía el internet ni las videollamadas. Eran los años 80.
       Dante también comenta que la novela Arigato, publicada por PuertAbierta Editores en 2017, significó una revisión minuciosa. Lo mismo, la novela que lleva como título Doktor Psiquiatra (2003), basada en Gloria Trevi, en la que retoma versos y frases de la cantante. Doctor psiquiatra tiene tres intervenciones a pie de página por tres voces diferentes; cada una tiene una tipografía y si se cambian, no se sabe quién está hablando. Se necesitaron bastantes horas de trabajo para que la publicación de Con juego en la lengua, fuera posible. Incluso, PuertAbierta, tuvo que contratar a dos personas para que se dedicarán de tiempo completo a su edición.


EL HOMENAJE

—NC: ¿Qué se siente que un autor vivo tenga sus obras completas publicadas? Pensándolo bien, es algo que no ocurre frecuentemente.
       —DM: Excepcional. La costumbre es hacer homenajes y monumentos cuando el artista ha muerto; del mismo modo, las obras completas solamente salen después de la muerte. En español, Ediciones Cátedra, fundada en 1973, no publica a nadie que no esté muerto. El reunir mi obra en este momento tiene sus ventajas: me da la oportunidad de responder a cualquier duda que haya sobre lo escrito. Responde el especialista.
       —NC: ¿Tiene preferencia sobre una de estas novelas?
       —DM: Decidir qué novela está por encima de las demás es un trabajo muy difícil. Lo que se haya escrito, sea novela, poesía, cuento, teatro, es porque se necesitaba en ese momento. Por lo tanto, es el libro más querido de la historia de nuestra vida. Luego, con el tiempo, queda un cariño general sobre aquella obra según la época en que se escribió. También me han preguntado que cuál de mis novelas deseo quede para el futuro. No me toca decidir eso porque definitivamente habrá una para cada lector.


LA ESCRITURA, ESA CAPRICHOSA

—NC: ¿Cómo es su escritura?
       —DM: A ratos es caprichosa. Caprichosa por inventiva, de tal forma que ningún diccionario sirve para tomar decisiones sobre mi obra. A veces no hay lógica en ella, digamos que construyo mi propia lengua. Si corrigen sin saber, echan a perder. En las novelas hay una lexicografía que al final de los volúmenes registra palabras que no están en la lengua cotidiana ni en el diccionario. Esta lexicografía también la hizo Sandra, claro, con mi ayuda, yo estuve presente en su elaboración. Hay más de mil palabras nuevas “diccionariables” como dice Sandra. Son palabras que podrían ir al diccionario de la lengua española.
       Una de las características de la obra literaria de Dante Medina, es propiamente, las formas del artificio que se convertirán en palabra, en la forma tangible que hace posible el universo literario. Transforma el lenguaje, pero sin molestar a la lengua.
       —NC: ¿Se trata de una innovación?
       —DM: Así es. Genero una palabra nueva, un neologismo cuando es necesario. Sabemos que las palabras se necesitan según el medio donde se mueven. Dime, por ejemplo, cómo se llama la parte opuesta del codo. No tiene nombre. Y así como este ejemplo, hay cosas en el cuerpo, en la vida, en la casa, que no tienen nombre y terminamos por llamarlas “cositas”. Es ahí donde intervengo. Otro ejemplo: Escriviviendo o escrivivir, lo que significa, escribir con tu vida, con tu alma. No es la tarea de la escuela, estás escriviviendo tu vida. ¿Qué estás haciendo? Estoy escriviviendo, o dicho con otras palabras, mi vida interviene el texto.


ESCRITOR DE Y PARA TODA LA VIDA

Dante Medina consideró ser escritor desde muy chico, en secundaria. Se dio cuenta que quería serlo cuando al caerle unos centavos, en lugar de gastarlos en zapatos, cine, camisas, los gastaba en libros. Era una emoción muy fuerte mirar los libros en la vitrina y tener dinero para comprarlos. El primer libro que compró fue Don Quijote de la Mancha​, no por aspiraciones culturales sino porque no tenía información sobre otros libros. Después compró el Fausto, de Johann Wolfgang von Goethe, Las aventuras de Tom Sawyer, de Mark Twain. Eran los libros que se encontraban en aquella librería que era más papelería. Posteriormente sus amigos comenzaron a prestarle libros, lo que ayudó a definir su vocación literaria.
       —NC: Una cosa es lo que se lee y otra, leer los propios textos publicados. ¿Nos puede compartir sus impresiones?
       —DM: Mis primeros textos se publicaron con mucha dificultad en revistas modestas, en espacios poco visibles. Lo único que me quedaba claro es que yo iba a ser escritor para siempre, nunca tuve duda. Al verlos impresos, mi reacción no fue de vanidad sino de seguir trabajando. Un episodio que no olvido ocurrió cuando Editorial Tusquets publicó en Barcelona mi primera novela. Fui a la presentación del libro, y antes de llegar, pasé muy cerca de la plaza Cataluña, por una librería frente al Corte Inglés y vi en una vitrina mi libro. No sabía qué hacer o cómo reaccionar. Me sentí como extraño; no entré a la librería, sólo pasé como queriendo que no me vieran. El libro, que presentaría más tarde, no lo tenía todavía en mis manos y éste fue mi encuentro con él.
            En Letra Franca [https://bit.ly/316kwEd] Medina escribe el texto “Uruapan y lo uruapense: Honda presencia en mi literatura y en mi vida (Primera autobiografía)”; un texto que resulta revelador. Párrafos enteros dejan en claro su pasión por la escritura, su disciplina, esa voz que le dicta y lo impulsa a escribir con todos los dedos. Leamos algunos breves fragmentos: «…me siento frente a la computadora, pongo las manos en el teclado, y las palabras empiezan a aparecer en la pantalla, así, sin más explicación, en diversos géneros literarios, sin que yo entienda otra cosa sino que mis dedos se están moviendo y que no puedo detenerlos, y que mis ojos se abren grandes, y mi cerebro está disfrutando, y goza al máximo. Puede uno, si quiere, suponer que esa voz provenga de Dios o de alguna musa callejera, aunque no creo ni en Dios ni en la musa… sí, sí creo, necesito de la musa, escribo más cuando estoy enamorado, y es probable, o seguro, que sea ella la que me dicte lo que escribo». Agreguemos: «Si busco algún propósito que haya animado mi escritura, recuerdo, en especial, uno: llevar al límite las posibilidades de la lengua. No al límite de ella, desde luego, sino al mío; al límite de mis posibilidades».


LA REVISIÓN, LA CORRECCIÓN

—NC: ¿Cómo saber cuándo un texto está terminado? Ésta es una pregunta que inquieta a quienes comienzan a formarse como escritores.
       —DM: Soy un mal ejemplo porque no hago borradores. Muchos dicen escribir lo primero que les viene a la mente; de alguna manera, es tener algo asegurado, tener un primer borrador para trabajarlo posteriormente. Hay otro tipo de escritor que no escribe hasta que la obra haya madurado dentro de él. Es éste mi caso. No corrijo, no hago versiones, por eso, lo escrito hasta hoy corresponde a una única versión. Ocasionalmente cambio un acento, una palabra, pero me da mucho miedo cambiar una palabra porque deshago el equilibrio total del texto. Soy un mal ejemplo respecto a gente que le gusta mirar y remirar su texto, corregirlo y corregirlo. El consejo aquí es de José Emilio Pacheco: hay que publicarlo para dejar de corregir.
       —NC: Una vez escrito el libro, ¿lo publica inmediatamente?
       —DM: Nunca publicó textos recién escritos, en promedio los dejo descansar tres o cinco años aproximadamente. Después de ese tiempo lo leo, si se sostiene, lo publico, si no, sencillamente no se publica.


RESPONSABILIDAD DEL PAPEL COMO ESCRITOR

Retomo el texto “Uruapan y lo uruapense…”. Medina ilustra su legado literario compuesto por más de cien libros: estudios de literatura, novelas, libros de cuentos, de poesía, un libro de viajes, teatro, canciones, ensayos sobre artes plásticas, guiones, artículos, ensayos literarios, textos radiofónicos, reportajes para la televisión, entrevistas, apócrifos, traducciones fingidas y verdaderas. Una vocación literaria decidida y franca que lo ha llevado a hablar de cosas que ignora y olvida. Su escritura, sentencia, es un intento de saber, y un deseo de recordar. En este sentido, le propongo la siguiente pregunta:
       —NC: ¿Hay alguna responsabilidad de su papel como escritor?
       —DM: Sí, la honestidad artística. Escribo lo que considero que siento, es mío y puedo compartir con los demás. Es una especie de verdad estética, cosas en las que coincido y creo. Nunca mi escritura ha intentado darle gusto a alguien, ni al lector, ni al editor, ni a los amigos, ni a la familia. Creo en la lengua, las palabras, el movimiento de la lengua española, en la fabulación. Creo en contar historias, es lo que puedo dar y quiero hacer.


RECONOCIMIENTOS

Sandra Ruiz-Llamas detectó que había escritores críticos muy importantes a nivel internacional que habían trabajado en algún momento sobre mi obra, explica Medina. Eran comentarios publicados en tesis, libros, periódicos, revistas… y gestados en lugares como París, Alemania, España, Italia, México.
       —NC: ¿Y qué fue lo que se hizo con todo ese acervo?
       —DM: Rescatarlo todo. Con juego en la lengua recoge fragmentos de opiniones sobre mi obra de personalidades extraordinarias: José Emilio Pacheco, Carlos Fuentes, Adolfo Castañón, Alfredo Bryce Echenique, Julio Ortega, Alfredo Hermosillo, Federico Patán, Fabienne Bradú, Fernando del Paso, Juan José Arreola, Juan Rulfo, Eraclio Zepeda, Pancho Madrigal; críticos franceses, alemanes, italianos: Christophe Dubois, Renate Sachse, Gloria Bernabini, también conforman el corpus en la elección de los fragmentos.
       —NC: ¿Qué sigue?
       —DM: Una gira grande de presentaciones. Mis novelas completas estarán en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería, en la de Buenos Aires y en la de Guadalajara. Se presentarán en España, Italia, Alemania, y Francia, y, por supuesto, aquí en México... En Uruapan, por poner un ejemplo.. 

Fotografía del autor: Arturo Peña-Romano Medina

1 Comentarios

  1. Muy interesante la entrevista. Y un gran logro el publicar toda tu obra. Espero que llegue a Uruapan. Felicidades Dante. Haz logrado lo que muchos escritores no han hecho. Es tu vida, tu pasión y lo que publicas es lo que sientes y eso es lo más VALIOSO. Saludos y te mando un fuerte abrazo. Enhorabuena.

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