POR
ESTE MUNDO
Tanta
luz había —oh ancho río
de
resplandor— en el gozo de ese instante. Feliz
era
el bebé y Viridiana sonreía. Ahora en Cartagena
Viridiana
ríe más, y tal vez sepa
que
por esas calles
derrochó
ebrio
su vida
el
gran poeta de Cereté.
Pero
fresca
es
la fragancia aún
de
la flor de Viridiana. Y tranquila
va
su alma
entonando
por este mundo
su
hermoso himno de eternidad.
VIENTOS
DE TEXAS
Desde
el invierno
vendrá
la
lluvia a saber
lo
que entre la niebla
se
esconde. Vientos de Texas
volando
vienen
bajo
la voluntad briosa
de
los vendavales. El corazón
de
Texas lo tiene
Waco,
y por sus calles
y
avenidas —en vez de sangre— circula
el
amoroso viento
que
hace vibrar aún más
la
cotidiana
dicha.
Porque
el invierno se anida
en
la lobreguez
del
árbol, arden sus ramas
de
soledad
fría
en
la hora de nadie.
SUENA
SU GOZO
El
ángel de la tarde
merodea
por la claridad
de
un pensamiento. A través del aire, amoroso
se
desplaza
y
es sólo luz
en
el fulgor del día. Invisible está
en
lo que es, oh invencible
hálito.
En el alma de las flores
vive
y
su gozo suena siempre
a
suave música.
Con
su rumor discreto
la
sombra se esparce. Divirtiéndose, juega
con
la luz del patio, mientras las flores
de
la bugambilia, ya sumisas
o
indóciles, no dejan
de
resplandecer.
Foto de Zain Ali en Pexels
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