EL APEGO A LOS OBJETOS ES PERJUDICIAL PARA LA SALUD
A partir de hoy
le digo adiós a todas las cosas
que rodean mi cuarto
mi casa
mi jardín
Las cosas que alguna vez compartieron
mi dermis
mis dientes
mis dedos
Me despido incluso de mis ideas
mis deseos
mi meta
Todo lo que hay
lo dejo
por salud de la persona
que me dijo que los objetos
hacen mi tristeza eterna
y no mis neurotransmisores
Dejo todo
porque ningún esfuerzo merece
mi malestar
Aquí dejo todo
abandonado
—Pueden pasar por ellos al terminar este poema—.
ÁRBOLES 1955
Quiero morir un domingo
luego de haber pasado
el fin de semana con mis padres
Lo haría antes del periodo laboral
para que todos estuvieran en lo suyo
menos en mí
Lo haría después de
120 horas ideando
la manera más eficiente
e inmediata
Morir en domingo
para ser descubierta en miércoles
o jueves
Podrían entonces
usar el viernes
o sábado
para mi cremación
en caso de que siguieran
mi último deseo
Pero apareciste
con esas abundantes cejas
a 1955 kilómetros
hablando de lo difícil
que son estos tiempos
y que al mundo
siempre le hizo falta
amor
A partir de ahí
conté cada hora
para ver tu cabello
rizado y mono
en 409 ppp
En un par de meses
te hiciste también tangible
y empecé
a desear
mi respiración
Ahora me acaricias el cabello
mientras vemos una serie
proyectada en la pared
te veo
y entiendo
porqué los árboles
vuelven siempre
a florecer.
QUISIERA PODER MOSTRARTE
Quisiera poder mostrarte
Padre
que llevo una flor
de tu pueblo
tatuada bajo el brazo
Decirte
que a lado de ello
guardo un espacio
para tatuar
el bordado de mamá
Quisiera contarte
todas las formas
en que me rompieron el corazón
al aceptar que alguien
me tratara como objeto
Quisiera decirte
que un hombre una vez me violó
que mi hermana también lo hizo
mientras me decía puta
y en ambos casos
callé por no entender
lo que pasaba
Quisiera contarte
papá
que aun así
creo en el cuerpo
como decisión propia
y la maternidad
como voluntad
porque la esposa no es
ni nunca será
propiedad del marido
Quisiera
Igualmente decirte
que las drogas
me deprimen tanto
como las piezas de Beethoven
Quisiera poder decirte
Padre
pero sé que la lluvia
seguirá inundando
nuestra casa.
A partir de hoy
le digo adiós a todas las cosas
que rodean mi cuarto
mi casa
mi jardín
Las cosas que alguna vez compartieron
mi dermis
mis dientes
mis dedos
Me despido incluso de mis ideas
mis deseos
mi meta
Todo lo que hay
lo dejo
por salud de la persona
que me dijo que los objetos
hacen mi tristeza eterna
y no mis neurotransmisores
Dejo todo
porque ningún esfuerzo merece
mi malestar
Aquí dejo todo
abandonado
—Pueden pasar por ellos al terminar este poema—.
ÁRBOLES 1955
Quiero morir un domingo
luego de haber pasado
el fin de semana con mis padres
Lo haría antes del periodo laboral
para que todos estuvieran en lo suyo
menos en mí
Lo haría después de
120 horas ideando
la manera más eficiente
e inmediata
Morir en domingo
para ser descubierta en miércoles
o jueves
Podrían entonces
usar el viernes
o sábado
para mi cremación
en caso de que siguieran
mi último deseo
Pero apareciste
con esas abundantes cejas
a 1955 kilómetros
hablando de lo difícil
que son estos tiempos
y que al mundo
siempre le hizo falta
amor
A partir de ahí
conté cada hora
para ver tu cabello
rizado y mono
en 409 ppp
En un par de meses
te hiciste también tangible
y empecé
a desear
mi respiración
Ahora me acaricias el cabello
mientras vemos una serie
proyectada en la pared
te veo
y entiendo
porqué los árboles
vuelven siempre
a florecer.
QUISIERA PODER MOSTRARTE
Quisiera poder mostrarte
Padre
que llevo una flor
de tu pueblo
tatuada bajo el brazo
Decirte
que a lado de ello
guardo un espacio
para tatuar
el bordado de mamá
Quisiera contarte
todas las formas
en que me rompieron el corazón
al aceptar que alguien
me tratara como objeto
Quisiera decirte
que un hombre una vez me violó
que mi hermana también lo hizo
mientras me decía puta
y en ambos casos
callé por no entender
lo que pasaba
Quisiera contarte
papá
que aun así
creo en el cuerpo
como decisión propia
y la maternidad
como voluntad
porque la esposa no es
ni nunca será
propiedad del marido
Quisiera
Igualmente decirte
que las drogas
me deprimen tanto
como las piezas de Beethoven
Quisiera poder decirte
Padre
pero sé que la lluvia
seguirá inundando
nuestra casa.
MADRE
Madre
no quiero decirte palabra alguna
que haga rasgar tu seno
no quiero que duela la teta
la piel del vientre
ni los pliegues de tus labios
Madre
no me preguntes por lo que he hecho
o por lo que he sido
no me mires como miras
a los muertos en su ataúd
que aun con todo lo que me ha llegado
me siento más viva que el perro negro
que duerme en la puerta de la casa
al que todos dan de comer
y acarician
pero no tiene hogar
Madre
yo también ladro y muerdo
también defiendo mi cuerpo de quien me daña
excepto de ti
Si quieres puedes golpearme
y echarme fuera de tus raíces
arrojar mi cordón umbilical por el barranco
en que me concebiste
Sólo no me mires como ves
a la gente que muere en carretera
que yo me siento tan viva
como la paloma
que come lo que sea
que tiras al jardín
Madre
Yo también sé volar
y posarme en cable alguno sin quemarme
excepto esta vez
Madre
no quiero decir que soy
lo que nunca hiciste.
Fotografía de Pexels
NATALIA GÓMEZ (Campeche, 1991). Comunicóloga y docente. Ha sido beneficiaria del programa PECDA 2020 en Campeche y del Festival Interfaz ISSSTE Yucatán en 2017. Egresada del II Diplomado Virtual de Creación Literaria del INBAL. Ha participado en algunas antologías como Fractal, Anuario bilingüe de Poesía de San Diego y Novísimas, reunión de poetas mexicanas Vol. II Algunos de sus textos se encuentran en revistas electrónicas como Periódico de poesía, Círculo de Poesía, Punto en línea, Letralia, Carátula, Ablucionistas, Enpoli, Santa Rabia Magazine, The Ofi Press Magazine y Beltway Poetry. Actualmente es miembro del Proyecto de Escuela de Escritores Campechanos (ESCESCAM).
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