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SIN TÍTULO (VI)
Mirándote en los ojos de la
cajera del supermercado…
Las latas de cerveza, marca
blanca, y un plato de fetuccini con queso.
(omisiones recursivas)
Pago en efectivo o con
tarjeta, ¿necesita bolsa? Después
el típico silencio incómodo, y
destrozas el poema
por falta de oficio, olvidaste
leer
las instrucciones. Pero a ti
eso
te la trae floja (si
escribiendo no solucionas
tus problemas, la paranoia, la
depresión, los ruidos, el desamparo, que más da)
Intentas escuchar las
conversaciones…
Intentas prestar atención… Sólo
ves labios moverse…
Te estás convirtiendo en un
tipo de lo más desagradable
(en todos los sentidos)
Por las mañanas hay que
lavarse los dientes y mirarse al espejo (hazlo)
Desayuna fuerte, la glucosa
estimula el cerebro (no lo pienses)
Otras voces, como una sonrisa…
Hay que sonreír en la foto,
¿verdad? Sonríe, te están
grabando.
(Estás bebiendo demasiado esta
noche, ¿quieres
que te lleve a casa?)
Otra vez el silencio incómodo,
un paréntesis insostenible… Una secuencia.
Pisar los cristales rotos con
los pies desnudos, es ciertamente placentero.
Algo presiona en el cerebro
hace estallar los tímpanos destroza las mandíbulas.
Como un terremoto, quizás, de
alguna manera
todo se rompe
Sin embargo, los objetos
mantienen su identidad, son palpables y nítidos
Quién paga la cuenta
Como una llaga, recuerdo de
aquél viaje a la playa (un almacén de suvenires)
Salto de línea, algo borroso,
confusiones, cambios de parecer (quizás no fue
precisamente así. Mierda,
seguro que no fue
precisamente así ¿en qué
pensabas? Los objetos se deslizan y se rompen)
Ok, de acuerdo, vámonos a
casa, (un memorándum
demencial, el brote,
el estallido)
(No es muy original, bastante
tosco) (Pero hay que formular el diagnóstico,
redactar el borrador)
Céline en el hospital
psiquiátrico de Bîcetre (déjalo de una vez)
Panero en Mondragón (déjalo de
una vez, joder, busca una excusa
para irte a casa, piensa
rápido, nadie debe
darse cuenta)
Los ojos de la cajera son tan
hermosos, tendrías que verla
Tendrías que verla, pasando
los alimentos por la cinta, abriendo la caja registradora,
dándote el cambio y las bolsas, a veces incluso
dándote el cambio y las bolsas, a veces incluso
sonríe, sus ojos son realmente
hermosos
cuando sonríe.
Lucas Albor Estalayo (Madrid, 1987). Licenciado en Filosofía y Máster en Estudios Avanzados en Filosofía por la UCM, con un estudio sobre el impacto de las relaciones comunitarias en la obra literaria del autor Charles Bukowski.
Ha colaborado en los discos Jóvenes bajo presión y Espíritu de nuestro tiempo, del artista Elio Toffana.
Posee una extensa colección de poesía, habiendo publicado algunos poemas en revistas digitales. En 2016 publicó la novela Golondrinas muertas en la almohada. Colabora escribiendo sobre filosofía en "La piedra de Sísifo", y puntualmente escribe artículos de opinión en neupic.com. Su blog: A la mala literatura
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