Paula Sifora |
LAS SIMPLES COSAS
A las
mujeres, que tan sólo viven a la sombra del marido o de los hijos,
conformándose
con las simples cosas.
Te
pones de pie
con
la tenacidad que guardan las hormigas
enfrentando
al silencio que te apura,
tras
las cortinas se extiende el nuevo día
que
diluye sueños y nostalgias,
enciendes
la estufa y la rutina
te
aguarda el alba
el
trajinar como ayer del desayuno,
la
monserga del transporte urbano
para
llevar los hijos a la escuela,
luego
la fila en las tortillas
alguna
queja
sólo
por tener de qué hablar con la vecina
y
en el mercado
la
magia de juegos malabares
con
un salario mínimo intratable.
Vuelves
a casa
apenas
con un puñado de verdura
tarareas
la canción de moda
para
burlar la soledad que se agazapa
en
los rincones de tu vida simple.
Hacer
la sopa
zurcir
los calcetines
remendar
la ropa y la esperanza
fregar
los platos
barrer
las migajas y las sombras
y
esperar a cambio
algo
que se parezca acaso a una caricia.
o
conformarte
con
que algún día el sucio calendario
marque
en lo cotidiano de sus fechas
una
de tantas que le recuerde al mundo
que eres madre
que eres mujer
que tienes vida.
DISPARO
A las
mujeres, que de la noche a la mañana despertaron viudas,
a causa de
la estúpida “Guerra contra el Narco”
Un
disparo
no
sólo rompe el silencio con su esencia
desgarra
también las ilusiones
la
carne, los huesos, los tendones,
las
promesas de amor
y
el frágil cristal
de
aquello a lo que llaman alegría
¿cuántas
balas escupirá esta noche la vergüenza?
¿en
cuántas partes volaran los cráneos?
¿cuántas
moscas el día de mañana
dejarán
las huellas de sus patas
sobre
el lodo amasado con la sangre?
¿cuántas
mujeres inocentes
despertarán
con la noticia infame
de
la viudez, de la orfandad, del llanto?
cuántas
de ellas pedirán a gritos
les
devuelvan al menos
un
par de cabellos, la esperanza,
o
alguno de los huesos triturados.
Violencia de género |
KORIMA
A las
mujeres indígenas de mi patria, que sufren a causa de la marginación
y de su
condición de mujeres.
En
un festín de vivo colorido
florea
al viento la anchura de tu falda
por
los senderos
que
el olvido ha vuelto intransitables
tus
pies desnudos
mastican
el polvo del destino
entre
la algarabía de pájaros en duelo
las
líneas marcadas de tu rostro
cargan
siglos de cruel indiferencia
y
en las espaldas
un
niño de piel morena y ojos grises
que
te une al mundo de los vivos
tienes
la fortaleza de la roca que pisaras allá tras la montaña
la
gracia del colibrí hurgando entre las flores
el
pálido silencio de la luna
y
una extraña especie de alegría
cuando
meces la vida en tu regazo
aunque
de cuando en cuando
se
te quiebran el canto y la sonrisa
en
la impotencia ante el hambre de tu raza
ELLAS
A las
mujeres que por una causa u otra,
son
arrastradas a servir como simples objetos de placer.
Ellas
cargan al filo de sus hombros
el
frágil equilibrio de la noche
vaporosas
crisálidas de esquina
desmoronan
el frío y la inocencia
en
la vaga certeza de sus cuerpos
comparten
la calle
el
oficio
el
mismo cigarrillo en ocasiones
y
¿por qué no?
al
mismo cliente enfermo del hastío
la
mayor
asegura
llamarse “Marilín”
-tal
vez sea cierto-
la
menor
-que
importa el nombre-
lleva
en sus ojos la nostalgia
que
tiene el color de la aceituna
al
amparo silente de las sombras
erigen
endebles fantasías
sobre
un dorado universo de tacones
desmenuzando
heridas y pecados
con
la sapiencia de sus uñas largas
Juan Marcelino Ruiz. Nace en Cd. Juárez en 1963 y radica en Cd. Cuauhtémoc desde hace más de 25 años, donde se desempeña como profesor en una escuela de educación primaria. Ha pertenecido a diferentes talleres literarios, cursó un Diplomado en Creación Literaria. Ha publicado cuento y poesía en diversas revistas y diarios del norte y centro del país. Es autor de los libros: Derrepentes (1998), poesía, UACH; Quinteto para un Pretérito (2000), poesía, ICHICULT; Del Aleph a Guernica (2010) cuento, Ficticia Editorial; El Hormiguero (2012), novela, Doble Hélice; Delitos Menores (2014), varia invención, Abaleo Ediciones. Tiene en preparación el poemario Algo más que la suma de tus huesos, Universidad de Nuevo México en Las Cruces.
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