El progreso tecnológico sólo nos ha provisto de medios más eficientes para ir hacia atrás.
Aldous Huxley
Entiendo que varias de las personas que lean esto tal vez ni siquiera imaginen lo que es estar sin tecnología en estos momentos. Hoy en un segundo podemos charlar con alguien que se encuentra al otro lado del mundo, de manera inmediata sabemos los acontecimientos que se van gestando minuto a minuto, podemos centenares o miles de personas tomar una clase vía red y ni siquiera conocernos ni con el profesor. Estamos como bien decía Marshall McLuhan[1] en una “aldea globalizada”. Tan globalizada que pareciera que existe una uniformidad en los pensamientos o podría llamarlos no pensamientos.
Los smartphone se venden como pan caliente y nos encontramos al interior de una burbuja desintegradora y de falta de identidad, sé que algunos se quejaran de esta afirmación, lo acepto, quizá no en todos suceda pero no me digan que no pendemos de un hilito, o de un “dato” por decirlo de otra manera para estarlo. Alguien me decía alguna vez que si yo tecleaba mi nombre en el buscador y no aparecía nada sobre mí entonces no existía, en ese momento me aterró, luego lo digerí y claro que no es así. Pero las múltiples apps y las efímeras relaciones en las redes han llevado a creer esto.
Carl Jung[2] en sus estudios hablaba de que existía un inconsciente colectivo, el cual se encuentra vinculado con los instintos, es decir nuestras necesidades fisiológicas, pero que al mismo tiempo puede manifestarse en fantasías y con mucha asiduidad se presentan a través de imágenes simbólicas. Esto me ha llevado a preguntarme cómo éste inconsciente colectivo se trastorna y atiborra las redes de vacíos sociales, y con esto no me refiero a toda la subjetividad presentada en las plataformas de la comunicación, más bien me asusta lo viral que se puede convertir un elemento patético, simple y hasta agresivo: Los XV años de Rubí y el Lady Wuu. Entiendo y me he dado cuenta que hoy podemos visibilizar hechos que ofenden a la ciudadanía y que esto ha permitido conocer realidades que muchas veces se consideraban impensables, recordemos que vivimos en una multiplicidad de ellas en un mundo complejo[3] y que no por complejo significa difícil. Pero lo que cada dos semana vivimos con Ladys o fenómenos como los Challengers que exponen al individuo como el ser no reflexivo.
Esta viralización de contenidos que parecen inocuos no lo son, se agrede a quien se viraliza, se ofende, se lastima y expone a una sociedad que disfruta del agravio contra el otro, quizá ustedes lectores crean que exagero, pero no es así. Se han puesto a pensar ¿Qué sucedería si ustedes estuvieran ante esa exposición? El cerebro humano es tan extraordinario que me parece increíble que se gaste tanta creatividad en estos generadores de alegría o de colectividad falsa. Y aún más, que las plataformas comunicativas los hagan aún más presentes y consideren a la ciudadanía meros espectadores nimios.
Reconozco la internet, porque sin ella no podría estar en este momento exponiendo mi punto de vista, pero acaso ustedes ¿Creen que merecen esa clase de elementos efímeros y agraviantes para tener espacios de felicidad? Creo que es un buen momento de detenernos y analizar la unión de la consciencia con los contenidos inconscientes de la mente; eso, mencionaba Jung, ayuda a lograr la plenitud del individuo.
Recomendaciones para ver:
* Black Mirror. Serie en Netflix
*Scorpion. Serie en CBS
*Person of Interest. Serie en Warner Chanel
BLANCA VÁZQUEZ nació en el Distrito Federal, en 1973. Su vida ha transcurrido en el estado suriano de Guerrero. Estudió Literatura Hispanoamericana y es maestra en Estudios Socioterritoriales y doctorante de Literatura. Ha publicado Los letargos de Artume (La Tarántula Dormida); Ojos de lechuza (Rojo Siena) y El corazón en la mano (Editorial Fridaura). Imparte clases en la Universidad Autónoma de Guerrero. Email: itasavi1@hotmail.com
[1] Herberth Marshall McLuhan, fue un sociólogo canadiense y profesor de literatura inglesa que fundó el Centro de Cultura y Tecnología en la Universidad de Toronto. Era multidisciplinario, iba desde la Filosofía, literatura, antropología, psicología y las ciencias de la comunicación. Autor de La aldea global y El medio es el mensaje.
[2] Carl Gustav Jung, psicólogo y psiquiatra autor de reconocidos textos, entre ellos El yo y el inconsciente y El problema del inconsciente en la psicología moderna.
[3] El término Complejo retomado del filósofo Edgar Morin y su Teoría del pensamiento complejo.
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