POESÍA Romperé los huesos que sostienen el corazón palpitante | Nayeli Rodríguez Reyes


Debajo de tu frente dos arcos de triunfo
zanjas de oro alumbrando la noche de tus órbitas fermentadas
canto flores ciegas entre tus piernas
metal encendido en nuestras piernas tendidas en el rojo de la tierra
en la esfera marina
caja del crepúsculo ahogándonos con su boca estelar.
Habito el pozo de tus uñas
ferozmente devoradas por la lluvia
piel fría esperando tu lengua
caverna húmeda de este beso esquizofrénico:
lengua café con leche herida
lengua prisión mariposa rota
lengua libertad aguasalina.
Dos minutos más y romperé los huesos que sostienen el corazón palpitante
que está vivo igual que una libélula  
romperé el muro de sal que soporta piedras escarlatas
romperé el muro de sal
romperé el muro de sal.
Que se apague de una vez la voz que gime y hace gritar a las estrellas marinas
que se quite de una buena vez el velo nube gris que se interpone en nuestros besos dados a las cinco cuarenta y cinco de la tarde en esta ciudad desconocida.
Que se apague de una vez por todas el ruido que baila entre el polvo luz boreal del desierto mudo escarlata que nos pintó con sangre en el primer encuentro de los cuerpos juntos
en la tierra solitaria a los ciento cuarenta y cinco grados en un verano de esos que tú conoces.
El corazón te perseguirá hasta que se convierta en arándano gigante y lo muerdas lentamente
como muerdes el amanecer las escamas la gravedad los libros mi cuerpo el tiempo
como muerdes las flores los moluscos el pasto
lugares planetarios que visitamos en noches inconclusas que se encapan o se pierden o se olvidan en medio de la especulación de un te amo sordo que pronunciaste a las nueve menos quince en el desierto planetario valle sin sombra
luz paraíso en que nos encontramos un veintitrés de noviembre del 2007 en tu casa o mi casa.
Que se apague el recuerdo encendido que vive en mi cabeza y me molesta a la hora de la cena
que se apague de una buena vez el deseo escondido por tenerte
que se largue de una buena y maldita vez
el dolor impreso en la hoja de papel amarillo
que tengo entre mis cuadernos
en la ciudad desierto que dibujo cuando no estoy sola
que te apagues te digo
que se vaya de una buena vez este dolor
a la tierra fugaz de flores carnívoras
y llegue la música celestial cuando te miro.

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NAYELI RODRÍGUEZ REYES (San Felipe, Baja California, México, 1992). Es licenciada en Lengua y Literatura de Hispanoamérica por la UABC. Obtuvo el Segundo lugar del Premio Nacional al Estudiante Universitario “José Emilio Pacheco” en la categoría de poesía. Este premio lo otorga la Universidad Veracruzana. Ha publicado en Simulacro Revista de Humanidades, Revista Tijuana Poética, Bicromato Flyer Literario, entre otros. Su primer libro de poemas se titula El amor es rosa y su mitad es gris (2012).

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