El
jugador de futbol
piensa
en su amigo que no está:
Puede
contar con los dedos
los días
de la vida y alrededor
el circo
de los leones, las voces se pierden
es el
momento de una espera
ninguna
golondrina indica esperanza
las
sombras inducen a una precipitada retirada.
El
enemigo alerta sigue las huellas de la fuga.
El
jugador de futbol dice
el balón
no termina
en el
mar. Se esconde entre las nubes.
Soy como
tú meridional. Doble fatiga.
Provoca
al adversario entre las lianas y los arbustos del campo.
“Tú no
eres pastor, dice, tú traicionas a las ovejas
tal vez
eres un perro de aguas, duerme bajo la nieve.
Yo espero
la vejez para pensar en el futuro”.
Traducción de José Molina
Una de
las figuras más influyentes en las letras de la ciudad de Boloña desde los años
cincuenta, Roberto Roversi (1923-2012) se mantiene como de culto. Mencionado en
pocas ocasiones dentro de las revisiones ‘mayores’ de la poesía italiana de la
segunda mitad del siglo XX, parece ser que la temática de su poesía no ha
convencido del todo al establishment literario. “La partita di calcio” (El
partido de futbol) se publica en 2001
como parte de un proyecto extenso llamado L’Italia sepolta sotto la neve, el
cual incluye cuatro libros más. El juego más famoso del mundo no ruge en las
páginas de este libro como en las gradas del estadio; por el contrario, el
poeta logra observar cada movimiento como un instante de dislocación entre el
movimiento del partido y la pasividad de la historia. El juego trágico de la
humanidad no depara grandes victorias, apenas instantes luminosos en los
recuerdos de figuras como el Che Guevara, Chet Baker, Ulrike Meinhof o el viejo
Goethe. Roversi desarrolló una extensa labor teatral y editorial, junto con
Pier Paolo Pasolini funda la revista Officina en los años cincuenta. Su labor
poética se encuentra reunida en Tre poesie e alcune prose. Testi 1959-2004
(2008) y L’Italia sepulta sotto la neve (2011).
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Imagen | Pascal Swier
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