LAS ACTRICES TAMBIÉN LEEN La verdad que siempre incomoda | Teresa Muñoz


Así como no existe eso que llaman envidia de la buena, no hay chisme perdonable. El chisme siempre ha sido esa malsana curiosidad por la vida de los demás que nos hace meternos, indagar, estar atentos a lo que le pasa al otro y no para velar por su bienestar. Por supuesto que esta costumbre nos convierte en seres espantosos; pues sabiendo todo eso, con mi horrible persona a cuestas, fui a comprar el libro Mujer en papel. Una recopilación y edición de Cecilia Fuentes (Ciudad de México, 1962) de las memorias inconclusa de su mamá, la actriz Rita Macedo, quien desnuda los difíciles años de su infancia, juventud, matrimonios, inicios en el cine y por supuesto la relación que tuvo con Carlos Fuentes, padre de la compiladora.
Fui a la librería con la firme intención de tener detalles de esa relación, busqué un libro cuya primera edición se agotó inmediatamente después de salir al mercado. Tal vez la editorial no calculó la necesidad del público por conocer más sobre dos personajes que hicieron historia tanto en el mundo intelectual como artístico en una época en que eso tenía gran importancia para el país. Lanzaron una segunda edición debido a la gran cantidad de personas que esperábamos, con apartados, el libro. Somos un mundo de chismosos.
Rita Macedo fue una de las mejores actrices mexicanas, aunque ella siempre lo dudó según consta en sus escritos. Inteligente, culta, intuitiva, bella, creativa, cualidades que le dieron su lugar en el cine y teatro con directores legendarios como Luis Buñuel, José Luis Ibáñez e Ismael Rodríguez. Una mujer que amó y al final terminó suicidándose.
La sorpresa es que uno compra el libro pensando que pasarás horas entretenido con la gran historia que rodeó el romance de tu escritor favorito casado con la actriz mas interesante su época y te das cuenta que lo que está leyendo, justo en el encierro del nueve de marzo, es la historia de una vida de maltrato, de abusos, de una muerte anunciada que marcó un hasta aquí de esa vida atormentada.
Cecilia sostiene que este libro es una especie de comedia, algo chistoso, pero no se dejen engañar, en realidad las memorias son trágicas, un poco a la manera de los griegos.
Rita se siente imposibilitada de seguir escribiendo este libro que tardó veinticinco años en salir a la luz, justo cuando llega al momento en que quiere escribir los recuerdos que tiene con Fuentes, a quien ella llama el amor de su vida, el hombre por quien dio todo, incluso sacrificando su carrera mientras duró el matrimonio. Ese joven del que ella se enamoró totalmente no estuvo a su altura, no porque lo diga ella, sino porque nos damos cuenta de todo lo que le permitió, de lo que ella leía y estudiaba para estar al nivel de Fuentes, del apoyo que fue capaz de ofrecerle para la escritura de sus mejores obras. A pesar de ser una actriz cuyo trabajo era impecable, una mujer sensible y con una necesidad de preparación constante, nunca sintió estar dentro del mundo intelectual de un hombre frío, calculador y estuvo muy lejos de darse cuenta de lo extraño que era esa vida de pareja donde ella hizo tantas concesiones, incluyendo aceptarle una cantidad absurda de amantes o abortar por complacer.
El maltrato se da en todos los niveles. La verdad, me costó trabajo terminar de leer este libro, a pesar de que es importante conocer la otra parte para tener un juicio completo, Mujer en papel me remite a las historias de tantas mujeres que, siendo niñas, fueron regaladas, o internadas en lugares fríos, por tantas razones que van desde “para que no estorbe” hasta la falta de recursos económicos o emocionales.
La situación familiar de Rita nunca fue ideal, es una sobreviviente como casi todas, de la decepción familiar por no ser tan guapa, tan lista, tan como la otra. Y a pesar de eso, su narración no suena a queja, nos relata los acontecimientos que la llevaron a convertirse en una mujer que siempre estuvo en su papel, que amó a sus hijos, su arte y a su escritor. Pero no pudo con la falta de amor de los demás

TERESA MUÑOZ. Actriz con formación teatral desde 1986 con Rogelio Luévano, Nora Mannek, Jorge Méndez, Jorge Castillo, entre otros. Trabajó con Abraham Oceransky en 1994 en gira por el Estado de Veracruz con La maravillosa historia de Chiquito Pingüica. Diversas puestas en escena, comerciales y cortometrajes de 1986 a la fecha. Directora de la Escuela de Escritores de la Laguna, de agosto de 2004 a diciembre 2014. Lic. en Idiomas, con especialidad como intérprete traductor. (Centro Universitario Angloamericano de Torreón). Profesora de diversas materias: literatura, gramática, traducción, interpretación, inglés y francés. Escritora y directora de monólogos teatrales. 

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