Alida
Airaghi es una poeta incómoda. No hay complacencias en su pluma sino cuestionamientos. Su escritura es siempre existencial. Acendra el verso hasta
hacerlo exacto: tiene las palabras justas y respuestas certeras. Conoce su
tradición, la evoca, la reescribe y la hace suya para cimentar su decir, como
sucede en Omaggi (2017), una serie de homenajes inspirados en voces como
la de Montale, Penna o Ungaretti, y que la que ofrecemos una muestra. En sus versos hay evocaciones de infancia,
dudas vitales y testimonios de vida. Una poesía necesaria para este mundo.
Mottetti
da un lago veneto
(omaggio
a Eugenio Montale)
Lo
sai: devo riuscire a non pensarti.
Come
il remo che batte nel lago, insistito
e
crudele è il tuo nome,
la
parola cortese mia eco
nell’aria
di vetro
di
Assenza.
Paese di limoni e d’acqua ferma,
vele
improvvise nel gelo di un mattino:
eccoli,
i segni
si
confondono tra i passi addormentati
dei
turisti. E cerco un varco, freccia
senza
bersaglio come sono,
tenuta
prigioniera dal tuo arco.
Motetes
desde un lago véneto
(homenaje
a Eugenio Montale)
[Fragmento]
Lo
sabes: debo dejar de pensar en ti.
Como
el remo que golpea en el lago, insistente
y
cruel es tu nombre,
la
palabra amable mi eco
en
el aire de cristal
de
Ausencia.
Tierra de limones y de agua inmóvil,
velas
repentinas en la helada de una mañana:
he
aquí, las señales
se
confunden entre los pasos adormecidos
de
los turistas. Y yo busco un resquicio, flecha
sin
blanco como soy,
prisionera
de tu arco.
La
dolcezza è cosa rara
(omaggio
a Sandro Penna)
[Fragmento]
I
La
dolcezza è cosa rara.
Chiara
e lieve se accarezza.
II
Com’è
forte il rumore dell’alba!
E
tutto si muove, si smuove dal sonno.
Solo
il mio amore dorme, la mano sul cuore.
Si
tocca appena: forse non sente
che
gli sfioro la bocca, o finge il niente.
Provo
a chiamarlo piano, a voce scialba.
III
Sul
lago in un bagliore
deriso
era il mio cuore.
Eppure
all’improvviso
apparve
a me l’amore.
La
dulzura es algo rara
(homenaje a Sandro Penna)
I
La dulzura es algo rara.
Clara y leve se acaricia.
II
¡Qué fuerte es el rumor del alba!
Y todo se mueve, se remueve desde el sueño.
Solo mi amor duerme, la mano en el corazón.
Apenas se toca: quizá no siente
que le rozo la boca, o finge la nada.
Pruebo a llamarlo despacio, en voz baja.
III
Sobre el lago en un destello
de burlas estaba mi corazón.
Sin embargo, de repente
el amor apareció.
[Il mio primo dolore]
Il mio primo dolore
me lo ricordo bene.
A tavola, con gesto sbadato,
rovesciai l’acqua dal bicchiere,
sporcai la tovaglia,
e avevo quattro anni.
Il rimprovero della mamma
fu solo un pretesto
alle lacrime.
Non per quello piangevo,
ma per l’improvvisa rivelazione
che tutto passava e finiva:
quel pranzo, il bagnato,
la gente del mondo,
ogni aiuto futuro.
Saremmo invecchiati e poi morti
–nessuna eccezione.
Quello a cui non si deve pensare,
invece a me era venuto in mente.
[Mi primer dolor]
Recuerdo bien
mi primer dolor.
En la mesa, con gesto descuidado,
derramé el agua del vaso,
ensucié el mantel,
y tenía cuatro años.
El reproche de mamá
fue solo un pretexto
para las lágrimas.
No lloraba por eso,
sino por la repentina revelación
que todo pasa y termina:
ese almuerzo, la humedad,
la gente del mundo,
toda futura ayuda.
Íbamos a envejecer y después a morir
–sin excepción.
Lo que no se debe pensar,
pero a mí me vino a la mente.
Se domani ti arrivano dei fiori
Se domani ti arrivano dei fiori, sappi che non li ho mandati io. Perché avrei dovuto?
Per chiederti o concederti perdono, suppongo che tu pretenda.
No, cara. Carezza, ti chiamavo quando ti vedevo carina.
Fiori cosa e come, di quale banalpresumibile colore. Bianco innocenza, rosso passione, giallo gelosia.
Ti piacevano i tulipani screziati, memoria di un antico viaggio a Istanbul con chissà che faceto fidanzato. Tulipani turchi, non gli ovvi olandesi.
Sempre stata originale, tu, anche nei flashback rievocati, più fantasiosi che reali.
I primi fiori regalati al nostro secondo appuntamento (imbarazzo! non sapevo con quali gesti e parole accompagnarli, mentre ti avvicinavo spiandoti aggrottata per i miei minimi minuti di ritardo) erano invece pallidi, dolentemente mesti. Non proprio crisantemi, ma quasi.
Forse già intuivo quale piega avrebbe preso il nostro rapporto.
Mi hai detto, ironica, signorilmente divertita addirittura: “Che gioia!”
Te li offrivo esitante, accorgendomi tardivo del loro aspetto cinereo; le corolle incurvate, grondanti acqua.
Pioveva.
Si mañana te llegan flores
[Fragmento]
Si mañana te llegan flores, sabe que no las mandé yo. ¿Por qué habría de hacerlo?
Para pedirte o concederte perdón, supongo que lo exiges.
No, querida. Caricia, te llamaba cuando te veía hermosa.
Flores, qué y cómo, de qué banal color presumible. Blanco inocencia, rojo pasión, amarillo celos.
Te gustaban los tulipanes jaspeados, memoria de un antiguo viaje a Estambul con quién sabe que novio bromista. Tulipanes turcos, no los obvios holandeses.
Siempre has sido original, tú, también en los flashbacks evocativos, más fantasiosos que reales.
Las primeras flores regaladas en nuestra segunda cita (¡vergüenza! no sabía con qué gestos y palabras acompañarlas, mientras te las daba espiándote, fruncido por mis mínimos minutos de retraso) eran sin embargo pálidas, dolorosamente tristes. No exactamente crisantemos, pero casi.
Quizá ya intuía qué iba a pasar en nuestra relación.
Me dijiste, irónica, señorialmente divertida, incluso: “¡Qué alegría!”
Te las ofrecía vacilante, dándome cuenta tardíamente de su aspecto ceniciento; las corolas curvas, escurriendo agua,
llovía.
(homenaje a Sandro Penna)
I
La dulzura es algo rara.
Clara y leve se acaricia.
II
¡Qué fuerte es el rumor del alba!
Y todo se mueve, se remueve desde el sueño.
Solo mi amor duerme, la mano en el corazón.
Apenas se toca: quizá no siente
que le rozo la boca, o finge la nada.
Pruebo a llamarlo despacio, en voz baja.
III
Sobre el lago en un destello
de burlas estaba mi corazón.
Sin embargo, de repente
el amor apareció.
[Il mio primo dolore]
Il mio primo dolore
me lo ricordo bene.
A tavola, con gesto sbadato,
rovesciai l’acqua dal bicchiere,
sporcai la tovaglia,
e avevo quattro anni.
Il rimprovero della mamma
fu solo un pretesto
alle lacrime.
Non per quello piangevo,
ma per l’improvvisa rivelazione
che tutto passava e finiva:
quel pranzo, il bagnato,
la gente del mondo,
ogni aiuto futuro.
Saremmo invecchiati e poi morti
–nessuna eccezione.
Quello a cui non si deve pensare,
invece a me era venuto in mente.
[Mi primer dolor]
Recuerdo bien
mi primer dolor.
En la mesa, con gesto descuidado,
derramé el agua del vaso,
ensucié el mantel,
y tenía cuatro años.
El reproche de mamá
fue solo un pretexto
para las lágrimas.
No lloraba por eso,
sino por la repentina revelación
que todo pasa y termina:
ese almuerzo, la humedad,
la gente del mundo,
toda futura ayuda.
Íbamos a envejecer y después a morir
–sin excepción.
Lo que no se debe pensar,
pero a mí me vino a la mente.
De:
L’attesa (Marco Saya Edizioni, 2018).
Se domani ti arrivano dei fiori
Se domani ti arrivano dei fiori, sappi che non li ho mandati io. Perché avrei dovuto?
Per chiederti o concederti perdono, suppongo che tu pretenda.
No, cara. Carezza, ti chiamavo quando ti vedevo carina.
Fiori cosa e come, di quale banalpresumibile colore. Bianco innocenza, rosso passione, giallo gelosia.
Ti piacevano i tulipani screziati, memoria di un antico viaggio a Istanbul con chissà che faceto fidanzato. Tulipani turchi, non gli ovvi olandesi.
Sempre stata originale, tu, anche nei flashback rievocati, più fantasiosi che reali.
I primi fiori regalati al nostro secondo appuntamento (imbarazzo! non sapevo con quali gesti e parole accompagnarli, mentre ti avvicinavo spiandoti aggrottata per i miei minimi minuti di ritardo) erano invece pallidi, dolentemente mesti. Non proprio crisantemi, ma quasi.
Forse già intuivo quale piega avrebbe preso il nostro rapporto.
Mi hai detto, ironica, signorilmente divertita addirittura: “Che gioia!”
Te li offrivo esitante, accorgendomi tardivo del loro aspetto cinereo; le corolle incurvate, grondanti acqua.
Pioveva.
Si mañana te llegan flores
[Fragmento]
Si mañana te llegan flores, sabe que no las mandé yo. ¿Por qué habría de hacerlo?
Para pedirte o concederte perdón, supongo que lo exiges.
No, querida. Caricia, te llamaba cuando te veía hermosa.
Flores, qué y cómo, de qué banal color presumible. Blanco inocencia, rojo pasión, amarillo celos.
Te gustaban los tulipanes jaspeados, memoria de un antiguo viaje a Estambul con quién sabe que novio bromista. Tulipanes turcos, no los obvios holandeses.
Siempre has sido original, tú, también en los flashbacks evocativos, más fantasiosos que reales.
Las primeras flores regaladas en nuestra segunda cita (¡vergüenza! no sabía con qué gestos y palabras acompañarlas, mientras te las daba espiándote, fruncido por mis mínimos minutos de retraso) eran sin embargo pálidas, dolorosamente tristes. No exactamente crisantemos, pero casi.
Quizá ya intuía qué iba a pasar en nuestra relación.
Me dijiste, irónica, señorialmente divertida, incluso: “¡Qué alegría!”
Te las ofrecía vacilante, dándome cuenta tardíamente de su aspecto ceniciento; las corolas curvas, escurriendo agua,
llovía.
De:
Si domani ti arribano dei fiori (Giovane Holden edizioni, 2021)
~ ~ ~
Alida Airaghi
(Verona, Italia, 1953). Estudió literaturas
clásicas en la Universidad de Milán. Ha ensenado en Suiza y reside en Garda. Ha
publicado media docena de libros, entre los que se cuenta, Omaggi
(2007) Elegie del risveglio (2016) o Si domani ti arribano
dei fiori (2021).
~ ~ ~
HIRAM BARRIOS (Ciudad de México, 1983). Escritor, traductor y crítico. Es autor de los libros de ensayo El monstruo y otras mariposas (UNAM-Naveluz, 2013) y Las otras vanguardias (UANL, 2016); de los títulos de aforismo Apócrifo (Ajenjo, 2014; 2ª ed., UNAM-Naveluz, 2018) y Artimañas (Lima, Perú: Quarks Ediciones Digitales, 2021); y de los compendios Lapidario. Antología del aforismo mexicano (FOEM, 2015; 2ª ed., 2020); y Aforistas mexicanos actuales (Sevilla, España: Apeadero de Aforistas, 2019). Traductor del italiano. Preparó las antologías de Eros Alesi: Voces paranoicas. Bitácora inédita (Cuadrivio, 2013) y Mamá Morfina. Poesía reunida (Laberinto, 2021). En coordinación con Donato Di Poce, editó los compendios Silenzi scritti. Aforismi. Antologia Bilingüe Italiano-Spagnolo (I Quaderni del Bardo, 2020), y Clandestini / Clandestinos (I Quaderni del Bardo, 2021), ambos publicados en Milán, Italia. Ha escrito prólogos para autores de ambos lados del Atlántico. Preparo la edición crítica Gotas tóxicas. Aforismos y minificciones de Sergio Golwarz (Cuadrivio, 2015; 2ª ed., 2021) y la antología poética Zarrapastra (Mapa de obra) (Guatemala: 400 Elefantes, 2021) de Andrés Cisnegro (pseudónimo de Andrés Cisneros de la Cruz). Incluido en antologías de México, España, Italia y Perú. Algunos de sus escritos se han traducido al inglés, al croata y al italiano. Forma parte de la Redacción de la revista-blog Zona di Disagio, en la que colabora con artículos y traducciones al italiano.
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