RESEÑA Pelea de gallos, de María Fernanda Ampuero: una radiografía de la violencia en la familia || Khiabet López Morales


Decidí volver a leer el libro Pelea de gallos de la escritora ecuatoriana María Fernanda Ampuero (1976) y escribir sobre esto, porque considero importante reflexionar sobre lo que significa la familia y cómo este concepto puede tornarse pesado y hasta un poco aterrador para algunas personas. Esto a pesar de que se nos ha enseñado que la familia es sagrada y no debe cuestionarse, sin embargo, considero hoy más que nunca que todos debemos cuestionar si las relaciones familiares que llevamos nos hacen bien o sólo fomentan más el daño ocasionado por la violencia sistemática ejercida hacia alguna persona o un grupo en específico.
           Por ejemplo, cuando se habla del hogar una cree que se hará alusión a un espacio que ofrece seguridad y amor, pero lo real es que no siempre los vínculos familiares se traducen en ternura y comprensión, en ellos se pueden esconder relaciones dominadas por el poder, el control, el abuso y el silencio.
           A lo largo de 13 cuentos, la escritora aborda la violencia que vivimos muchos de los que habitamos en algún país de Latinoamérica. Una violencia que se filtra hasta lo más recóndito de la sociedad y atraviesa de múltiples formas a familias enteras, que en su mayoría, se rigen por normas impuestas por el patriarcado.
           Los personajes que aparecen en estos cuentos son personas que salieron de un hogar, vienen de un núcleo familiar que los educó bajo reglas que consideraron correctas, vienen de una familia que los marcó y los convirtió en eso que podría ser visto como algo monstruoso ante los ojos de los demás.
           Este libro abre con dos epígrafes que introducen muy bien a los lectores sobre lo que encontrarán más adelante: “Todo lo que se pudre forma una familia” del escritor argentino Fabián Casas y “¿Soy un monstruo o esto es ser una persona?” De Clarice Lispector.
           La familia nuclear es el eje central de estas historias que María Fernanda nos presenta, a lo largo de trece cuentos titulados cada uno por una sola palabra: Subasta, Monstruos, Griselda, Nam, Crías, Persianas, Cristo, Pasión, Luto, Ali, Cloro y Otra. Son cuentos que nos dejan ver una cadena de atrocidades que se comenten en contextos familiares en donde muchas veces las víctimas terminan siendo victimarios de alguien más en años posteriores; esto representa una situación común de violencia, la cual desafortunadamente se ha venido repitiendo en la humanidad a lo largo de todos los tiempos.
           Pelea de gallos es el primer libro de cuentos de María Fernanda Ampuero publicado en 2018 por la editorial Páginas de Espuma. Sus dos obras anteriores Lo que aprendí en la peluquería (2011) y Permiso de residencia (2013), son crónicas, por lo que, con este compilado de cuentos, la autora se presenta de forma majestuosa en el campo de la ficción.            
           En cuanto a su obra reciente, Sacrificios humanos es actualmente su segundo libro de cuentos también publicado por Páginas de Espuma en 2021.
           En Pelea de gallos, el lector no se va a encontrar con trucos literarios o palabras rebuscadas para dosificar y endulzar lo narrado. Aquí vamos a encontrar muerte, sangre, vísceras, mierda, esperma, sudor, porque estas historias están plagadas de violencia y terror. Nada alejado de la brutalidad con la que acontecen los días que vivimos.
           Retomando lo que Fabián Casas menciona también en uno de sus poemas que comienza así: “La familia es una patología que te acompaña toda la vida. Por eso pongámosla en la heladera para que no se pudra”. Creo importante considerar que, como individuos, para ser vistos de forma autónoma ante los ojos familiares, es necesario a veces tomar distancia y hacer una pausa de la familia en algún punto de nuestras vidas, pues el seno familiar cuando cumple su función, logra ser un gran apoyo para nuestro desarrollo, pero en algunas otras ocasiones se puede tornar un grillete en el pie que te impide crecer y sobre todo, te obstaculiza a tomar tus propias decisiones.
           La familia que se narra en los relatos de María Fernanda Ampuero no sólo está plagada de abusos, violencia física y psicológica, también se tocan temas como el clasismo, racismo, fanatismo, superstición, explotación sexual en el núcleo familiar, soledad y abandono.
           En estos cuentos, las niñas y las mujeres jóvenes que protagonizan la mayoría de los relatos, enfrentan situaciones terriblemente violentas en donde se ven afectadas de diferentes formas, todo en un contexto donde los responsables son los propios familiares cercanos.
           A través de una voz de niña que va entrando a la adolescencia, la autora nos comparte la violencia que aparece desde los primeros años de vida de cualquier persona que se desarrolle en un país considerado tercermundista, pero esta violencia es universal, esta violencia también ocurre en países de primer mundo, no es única y exclusiva de Latinoamérica, pues múltiples violaciones a derechos humanos y demás atrocidades también ocurren en Estados Unidos, España y otros países de Europa, por lo que conforme avancé en la lectura, me di cuenta que la autora no menciona puntos geográficos específicos en sus relatos, esto quizá para mostrar que la violencia puede estar en todos lados.
           Los personajes de estos cuentos son carne de cañón que es lanzada a las fauces del monstruo gigante en el que se ha convertido la violencia y la depravación en general.
María Fernanda Ampuero nos da la bienvenida a sus relatos con una voz infantil que va tornándose más dura conforme avanza la lectura, dicha voz pierde su inocencia al toparse de frente con el horror de la violencia que la rodea.
           El primer cuento de este libro abre con un lenguaje fácil y fluido, algo que se repite a lo largo del resto de los relatos de María Fernanda Ampuero. La escritora nos narra la familia y la vida en su forma más cruda y real a lo largo de estos trece cuentos.
           El acoso de los hombres que hostigan a la protagonista del primer cuento, titulado “Subasta”, se torna en hartazgo, pues cansada de ser abusada, decide transformarse en algo totalmente horroroso y de esta forma poner fin al abuso del que era víctima.

“Se llaman subastas. Los taxistas eligen pasajeros que creen que pueden servir para que den buena plata por ellos y para eso los secuestran. Luego los compradores vienen y pujan por sus preferidos o preferidas. Se los llevan. Se quedan con sus cosas, los obligan a robar, a abrirles sus casas, a darles sus números de tarjeta de crédito. Y a las mujeres. A las mujeres.

[…]

–Bueno, señores, señoras, queda abierta la subasta de esta noche. Bien bonitos, bien portaditos, se me van a poner aquí. Más acá, mi reina. Eeeso. Sin miedo, mami, que no muerdo. Así me gusta. Para que estos caballeros elijan a cuál de ustedes se van a llevar. Las reglas, caballeros, las de siempre: más plata se lleva la mejor prenda. Las armas me las dejan por aquí mientras dure la subasta, yo se las guardo. Gracias. Encantado, como siempre, de recibirlos.”

Por otro lado, vamos a encontrar que la curiosidad de una niña, la fe de una madre y la pobreza, son tópicos que también aparecen en estos cuentos, tal y como sucede en el titulado “Cristo”, aquí una niña que todo lo observa y cuestiona, se da cuenta de que la vida puede ser una completa farsa que se cobra en monedas.
          Como parte de la sociedad mexicana, fui educada bajo la iglesia católica y se me enseñó a rezarle a algún santo y a cambio de esto, quizá él nos cumplía un milagro, pero yo siempre he pensado que este es uno de los recursos más tristes ante una petición desesperada y también el más utilizado por los que no pueden pagar un buen hospital y tratamientos médicos de calidad. Rogar por salud no debería ser una súplica sollozante para ninguna persona y mucho menos para los que no tienen los recursos mínimos para costearla.

“Antes de irnos, mi mami sacó una botella de salsa de tomate Los Andes y la llenó del agua de un grifo.
–Agua buena –dijo–. Agua del Cristito, agüita santa.
Me dio un trago, pero no sabía a santa, sino a salsa de tomate y un poco a oxidado y pensé que una agua de salsa de tomate, como la que echamos al arroz blanco a fin de mes, cuando ya se está acabando la botella, no podía ser milagrosa. Tenía que saber a dulce de leche, a hamburguesa doble. No saber a pobre.”

Uno de los cuentos que más me impactó por la brutalidad que narra, es el titulado “Luto”, mismo que refleja cómo la violencia familiar liderada por “el hombre de la casa” puede ascender a niveles bestiales. Es la historia de dos hermanas, una de ellas más desafortunada que la otra. La violación, la humillación y el asombro se reflejan en este cuento que dejará a más de uno con la boca abierta y con un nudo en la garganta.
           Asimismo, en las narraciones de Ampuero también vamos a encontrar temas como la hipocresía en las altas clases sociales, la violencia económica de la que son víctimas las empleadas domésticas y la poca valoración que se le da a la terapia psicológica.
De tal forma que, María Fernanda Ampuero con este libro nos introduce a un trabajo literario bien logrado que logra sacudir y dejar a los lectores atónitos y reflexionando. Al menos en mi caso, así lo fue.
           Esta pues, es una invitación a conocer la obra de María Fernanda Ampuero, quien actualmente es considerada una de las escritoras más importantes de Hispanoamérica, y quien en los últimos años se ha desarrollado de forma magistral en el campo del género de terror en la literatura contemporánea.
           Por último, vale la pena destacar que Pelea de gallos ha sido elegido entre los 10 mejores libros de ficción a finales del 2018, a través de una lista publicada por el periódico New York Times, así que por más duros que puedan parecer estos relatos, vale la pena darles una oportunidad.
 
EKHIABET LÓPEZ MORALES (Acapulco, 1993). Licenciada en Lengua y Literatura de Hispanoamérica por la Universidad Autónoma de Baja California (UABC). Ha sido ponente en congresos de lengua y literatura en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) y en la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM). Fue becaria del Festival de Cultura Interfaz Culiacán, 2016, en la categoría de poesía. Sus poemas aparecen en revistas digitales, como Revista Liberoamérica, Efecto Antabus, ADN Cultura, Círculo de poesía, entre otras. Es autora de Hace tanto ruido adentro que el silencio se suicida (Editorial Poiesis, 2018). Ha trabajado como redactora y reportera en los medios periodísticos digitales La Jornada Baja California y Punto Norte. Actualmente imparte clases de literatura en UNITEC SUR.


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