Por un tiempo mis lecturas se volvieron tan
desordenadas como tener un libro en cada mesa de la casa por si me sentaba
junto a él. Ninguno de ellos tenía nada en común en cuanto a tema, autor,
nacionalidad o idioma. Supongo que a todos nos pasa en determinado momento de
nuestra vida lectora: no encontramos al que nos atrape, ese volumen que
llevarás en tus manos durante días, a todos lados, hasta el momento en que notas
que te faltan pocas páginas para terminarlo, y decides abandonarlo un tiempo
para alargar el placer de esa amistad literaria, con todo y los personajes,
situaciones, sensaciones e ideas que forman ese mundo vivido del que hay que
salir despacio, paladeando hasta la última letra.
La
mancha humana,
por fin logró eso. Me alejó de lo que parecía una vida divagante alrededor de los
libreros y me situó en un universo que me dejó con ganas de más. No que desee
una continuación, no, en realidad la conclusión de la novela es perfecta en
cuanto que cierra el círculo de la historia; me alcanzó con esa
melancolía de desear que no se acabe la novela, nunca.
En La mancha humana hay una especie
de advertencia ante esta cancelación y censura feroz que nos agobian
actualmente, así como hacia el racismo disfrazado de inclusión (forzada la
mayoría de las veces), y lo obsceno de la política.
Philip Roth (Nueva Jersey,
1933) autor de cuento y ensayo, es más conocido por sus novelas, donde habla
sobre la familia judía, los ideales norteamericanos y la traición a esos
ideales, el fanatismo político, pero, sobre todo, donde explora la naturaleza
del deseo sexual.
Tachado de misógino, de machista
y de ser un escritor excesivamente preocupado por el sexo, Roth posee un
sentido del humor bastante peculiar, siendo capaz de reírse de sí mismo en sus
novelas a pesar de que, corre la historia, que era amante del elogio
hacia su persona e intolerante ante la mención de algún otro escritor en su
presencia.
Pastoral
americana
es otra de esas novelas que te atrapan, la descubrí vagando en la hermosa
biblioteca Vasconcelos de la ciudad de México, la tomé por mera curiosidad; en
ese entonces no había leído nada de Roth, pero tenía el vago recuerdo de haber
escuchado su nombre como parte importante de la historia literaria
norteamericana del siglo XX, o algo así. Tomé Pastoral americana en mis
manos, para comenzar a hojearla y detenerme en la lectura de algunas páginas al
azar como siempre hago en las bibliotecas.
Lo que sucedió fue
simple, mientras mi novio de ese entonces seguía vagando en busca del libro
específico, yo me apoltroné en los cómodos sillones de la biblioteca a leer por
media hora, hasta que llegó la hora de regresar al departamento, con el libro
bajo el brazo. La historia de la perfecta familia norteamericana que de pronto
cae en desgracia, por situaciones que van derrumbando cada una de las partes
del “sueño americano” es perturbadora, inquietante pero apasionante.
Pastoral
americana
junto con Me casé con un comunista y La mancha humana forman
parte de su “Trilogía Americana” publicada en los años 90, la cual vale la pena
leer, antes de que la censura que nos oscurece cada día más, la cancele.
Fotografía tomada de Internet.
TERESA MUÑOZ, escritora mexicana. Sus libros más recientes son El fin de la inocencia (Quintanilla Ediciones 2020, cuentos) y Días de Ceniza (Amazon 2022, novela); las antologías El tejido de la mujer araña, maternidades disidentes (Mapa de Escritoras Mexicanas, 2022), 8M-2022 Escritoras Latinoamericanas (Libros de la Editorial Digital EOS, Argentina, 2022) y Para mujeres que se atreven a pensar y a proponer (Mexicanas al grito de… ¡ya basta!, DEMAC, 2019-2020). Escribe las columnas Las actrices también leen y Los riesgos del ocio en las revistas electrónicas Bitácora de vuelos y La Vereda. Dirige y produce el programa de radio Lecturas prestadas, en Radio Torreón (promoción y difusión de la literatura).
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