Carlos Olmos |
Hace
unos días participé en una audición teatral a pesar de no cubrir el requisito
de edad y de saber que para hacer teatro se debe estar en excelente estado de
salud, cosa que no tenía en ese momento.
Fui
porque la obra y el autor me han gustado desde hace tanto tiempo que no
recordaba ese placer de lectura que tenía guardado. Tan no lo tenía presente
que he olvidado hablar de él en esta columna, y me parece que el recordarlo en
esos días del casting, ha dado pie a escribir un poco sobre esos primeros
encuentros con su literatura.
Hablo
de Carlos Olmos (Tapachula de Córdova y Ordóñez, Chiapas, 1947), dramaturgo y
guionista. Sus obras de teatro fueron editadas en su totalidad hace algunos
años por el Fondo de Cultura Económica, y las telenovelas en las que participó
como guionista siguen teniendo relevancia a nivel internacional.
Hablando
estrictamente de los trabajos que realizó para la televisión, creo yo que lo
más importante que se puede decir es que han perdurado en el consciente e
inconsciente colectivo a través de los años. Especialmente Cuna de lobos.
Dejando claro que el mago de la creación visual siempre será el escritor que
pergeña la historia antes que cualquier otro integrante del equipo. Sin un buen
guion, la telenovela será eternamente la misma historia de siempre.
Cabe
recordar también la adaptación que hizo especialmente para teatro de Aventurera,
obra por la que pasaron infinidad de actores, y que se mantuvo en escena durante
quince años.
Enrique Serna es un escritor que no olvida hablar de la influencia de Carlos Olmos en su vida y escritura. Como yo ya era fan de Serna, me di a la tarea de averiguar quién era Olmos, de quien no recuerdo haber oído hablar cuando estudiaba teatro, pero si recuerdo su nombre en los créditos de la mencionada Cuna de lobos.
Dada
la dificultad en provincia, durante el siglo pasado para conseguir las obras
publicadas de dramaturgos, través de reseñas leídas aquí y allá, libros
prestados, pláticas con maestros de la Veracruzana o con estudiantes de teatro,
fui completando la imagen que tenía de Olmos; así fue como pasó de guionista de
televisión, a dramaturgo, en mi mundo de lecturas.
Leerlo no ha sido fácil, ponernos de acuerdo
con su teatro, menos. Algunos directores lo ven desde la perspectiva del teatro
del absurdo; otros simplemente desde la parodia y la sátira; algunos más lo
abordan desde el universo de lo perverso.
En sus obras encontramos temas que se
repiten como, la crítica a la familia y a la religión (llena de ese humor
negro), los juegos psicológicamente crueles, las relaciones destructivas, la
lucha por el poder y la trasgresión de valores; en realidad, esas pasiones
humanas que destrozan cualquier intento de relación establecida y aceptada
socialmente.
Lamento informarles que no fui requerida
para lo que en teatro llamamos el call back o segunda vuelta de prueba, (creo
que mi edad no los convenció); así que no estaré actuando en la obra de Olmos;
la cual, espero, sea llevada a escena con la misma aguda visión y perspicacia
hacia lo absurdo de la humanidad, y con la misma calidad que el texto dramático
se merece.
Fotografía del autor tomada de Twitter UNAM; fotografía de la telenovela, tomada de Internet.
TERESA MUÑOZ, escritora mexicana. Sus libros más recientes son El fin de la inocencia (Quintanilla Ediciones 2020, cuentos) y Días de Ceniza (Amazon 2022, novela); las antologías El tejido de la mujer araña, maternidades disidentes (Mapa de Escritoras Mexicanas, 2022), 8M-2022 Escritoras Latinoamericanas (Libros de la Editorial Digital EOS, Argentina, 2022) y Para mujeres que se atreven a pensar y a proponer (Mexicanas al grito de… ¡ya basta!, DEMAC, 2019-2020). Escribe las columnas Las actrices también leen y Los riesgos del ocio en las revistas electrónicas Bitácora de vuelos y La Vereda. Dirige y produce el programa de radio Lecturas prestadas, en Radio Torreón (promoción y difusión de la literatura).
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