ESCAFANDRA La esperanza de no romper un corazón | Blanca Vázquez


La enseñanza que deja huella no es la que se hace de cabeza a cabeza, sino de corazón a corazón.
Howard G. Hendricks

Cada uno de los objetos que me rodean guarda un espacio en mi corazón, algunos han sido obsequios, otros han sido adquiridos por mí o por mi familia; ellos tienen una historia conmigo, o mejor dicho, yo tengo una historia con ellos. Quisiera como en algunas películas, que mi taza que me trajeron de Nueva York me contara un poco de ese lugar o que aquella en la que se puede escribir con gises pudiera hablarme para decirme qué mensaje quiere que le ponga o de plano que alguno de los libros que ahora me rodean dieran un brinquito y dijeran: ¡A mí, llévame a mí! Pero no es así. Lo sé. Animados e inanimados[1] que convivimos.

Quiero en este momento decir que entonces esos objetos no tienen un espacio en mi corazón sino en mi memoria.[2] Pero para que mi memoria se active en mi cerebro requiero del corazón, éste le provee de vida a toda la estructura humana. Una de las funciones vitales la lleva a cabo nuestro sistema cardiovascular. No he sido muy buena para entender todo lo referente a anatomía, pero sé que una gran cantidad de venas y arterias se conectan como un fino cableado y permiten que la sangre pueda transportarse hacia todas las partes del cuerpo.

La forma que todos tenemos acerca del corazón es una imagen simétrica, roja y de alguna manera agradable a la vista y que dista de la real. Pero ¿creen que nos hemos puesto a pensar en la importancia que tiene el corazón en nuestra vida?, opino que no. Sólo cuándo algo sucede con él es que empezamos a conocerlo y no me refiero a situaciones que nos provocan usar expresiones tales como: "¡Me rompió el corazón!", "Lo vi y sentí que el corazón se me salía" o "Tienes un corazón muy dulce". Más bien me refiero a ocasiones en que nuestra máquina por segundos se detiene o provoca algo que sabe que no está bien. El corazón es un músculo con un interior hueco que se ubica en la zona del tórax (también llamada Cavidad Torácica) que mantiene la función de poder bombear sangre y establecer una ciclo cardiaco (diástole y sístole) que aunque no nos demos cuenta tiene un ritmo cardiaco necesario para seguir existiendo.

Es por ello que cada vez que algo es tan amado o tan despreciado por alguno de nosotros es que empleamos la palabra corazón, porque cuando éste se detiene se va con él nuestra memoria, nuestros afectos... Sé que cuando entro al aula de clases me apasiono de una manera que el corazón se me comprime y se expande (eso imagino) o cuando amo tanto, mi corazón se construye y se deconstruye. Mi corazón son mis libros y mis cosas que veo y amo; es también las imágenes que me acompañan en mi agenda o aquellas que me recuerdan a mi mamá y a mi papá juntos. El autor del Principito[3] decía que sólo se ve bien con el corazón, porque lo esencial es invisible para los ojos.

Sí, el corazón me ha causado muchos problemas y lo digo de manera metafórica, pero parafrasearé a Emily Dickinson[4]: si yo logro impedir que un corazón se quiebre, sé que mi existencia no habrá sido vana.

Para leer:

* Emily Dickinson. Poemas de amor. The Peter Paupers Press, Nueva York, s/a.
* Rafael Pérez Gay. El corazón es un gitano.  Seix Barral,  México, 2010
* Marcela Serrano. Para que no me olvides. Alfaguara, México, 2011
* Marcela Serrano. Lo que está en mi corazón. Planeta Agostini. España, 2001.

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[1] Estas palabras las podemos identificar en los sustantivos animados e inanimados. Los primeros son todos aquellos que tienen vida y los segundos hacen referencia a todos aquellos que no cuentan con vida, objetos materiales todos.
[2] La experiencia de los asuntos humanos viene a tomar la forma de las expresiones que usamos para contar algo referente a ellos o las emociones que nos provocan. Esto lo podemos encontrar en los estudios elaborados por Jerome Bruner.
[3] Antoine de Saint-Exupéry, escritor y aviador francés autor de El principito  uno de los libros más leídos.
[4] Emily Dickinson, poeta estadounidense que en vida sólo vio publicado solo tres poemas suyos. Pero existe una gran bibliografía que podemos consultar sobre su obra.


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