“Como un súbito amanecer que la sangre dibuja
el violento deseo de sufrir,
y luego el llanto fluyendo como la uña de la carne
y el rabioso corazón ladrando en la puerta.”
Joaquín Pasos
I
La soledad viste
los días de zozobra
sediciosa de sueños,
mata el afán de ser.
Tiene andenes
donde pasa el instante lacónico,
la mudez nostálgica,
el sosiego del olvido.
Altiva pulsa al abrazar
el escarnio del silencio.
Su verdad:
rostro del abismo,
el desahogo
de mi palabra.
II
Cuando nos separamos
el mundo abrió
sus ojos de años
y vagabundos de la luz
quedamos en soledad.
III
Fue necesario separarnos
para seguir unidos,
más allá de esta historia,
más allá de estas palabras.
A escuchar otras verdades
nos fuimos en todas las voces.
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Imagen tomada de No hay como lo de uno
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