La narradora y poeta zacatecana Amparo Dávila recibirá la Medalla Bellas Artes, máxima distinción que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), a quienes han sobresalido por sus aportaciones al arte y la cultura de México.
La enorme trayectoria y la valiosa obra literaria de la autora la han hecho merecedora de esta presea, misma que recibirá el martes 15 de diciembre a las 19:00 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, de acuerdo con un boletín del INBA.
Ese día la escritora, considerada como una de las más importantes de toda Hispanoamérica, sostendrá una charla con el también escritor Evodio Escalante, acerca de, entre otros temas, la razón por la cual su narrativa y su poesía han sido catalogadas como inquietantes y enigmáticas.
“Para mí, escribir es como una enfermedad incurable; yo digo que nació conmigo, y el día que muera, conmigo se irá el cuento, se irá la poesía”, dice convencida la autora nacida el 21 de febrero de 1928 en Pinos, pueblo minero de Zacatecas, donde vivió su infancia dando muestra de un carácter indomable y pasando largas horas en la soledad del campo.
Estudió en San Luis Potosí la primaria y la secundaria, pero las primeras letras las conoció en la biblioteca de su padre. Sus primeras obras literarias fueron los poemarios Salmos bajo la luna (1950), Perfil de soledades (1954) y Meditaciones a la orilla del sueño (1954).
Posteriormente viajó a la Ciudad de México, donde trabajó como secretaria de Alfonso Reyes entre 1956 y 1958. Recibió la beca del Centro Mexicano de Escritores en 1966, y en 1977 ganó el Premio Xavier Villaurrutia por el volumen de cuentos Árboles petrificados. En este género destacan sus títulos Tiempo destrozado (1959), Música concreta (1964), Muerte en el bosque (1985) y Cuentos reunidos (2009).
Los estudiosos de la literatura equiparan la obra de Amparo Dávila con la de Juan Rulfo y Juan José Arreola, y la crítica especializada considera que Amparo Dávila es una de las pocas cuentistas cuya literatura parece rebasar la realidad sin entregarse por completo a la fantasía, una de las características que impresionó a Julio Cortázar, con quien entabló una amistad duradera: “Hemos sido muy amigos, aún lo somos, porque siento que no se ha ido. A él gustaba lo que yo escribía”, refiere Amparo Dávila.
Bitácora de vuelos les invita a leer el texto El huésped, albergado en la bitácora del escritor Alberto Chimal. La anotación que antecede el relato es también de Chimal:
Leer El Huésped
Bitácora de vuelos les invita a leer el texto El huésped, albergado en la bitácora del escritor Alberto Chimal. La anotación que antecede el relato es también de Chimal:
Un cuento de Amparo Dávila (1928), excelente narradora mexicana. Sus textos, como ocurre en el que sigue, acostumbran tratar lo que no se ve y no se dice, lo impreciso –e inquietante– que está justo más allá del lenguaje y la experiencia. Vale mucho la pena buscar sus libros centrales: Tiempo destrozado (1959) y Música concreta (1964; ambos merecen ya una reedición), o bien la antología Muerte en el bosque, aparecida en los años ochenta.(Nota de 2009: toda la obra narrativa de Dávila se ha recopilado en Cuentos reunidos, una edición del Fondo de Cultura Económica.)
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