A principios de siglo y casi durante todo el siglo XX apareció una nueva forma de Arte que centraba su atención en lo inimaginable, se abandona la forma y línea renacentista. Pablo Picasso en España es quien se reconoce como el experimentador que con más claridad atinó a representar la nueva realidad surgida tanto de la verdad evidente que la cámara fotográfica ya sustituía al pintor común.
La originalidad de la obra de los Bragaglia, Anton Giulio (1890-1960) y Arturo (1893-1962), su lugar como pioneros en todo caso de las búsquedas de Vanguardia se encuentra desde la publicación de sus manifiestos sobre Fotodinamismo desde 1911 inspirados por el Los Fundamentos y Manifiestos del Futurismo publicados un par de años antes por Francisco Tomasso Marinetti en donde se loaba a la Guerra, se promulgaba el “amor al peligro” y la “destrucción de Museos y Bibliotecas” entre lo más remarcable.
Muy pronto, los Bragaglia empezaron a experimentar dejando el disparador de la cámara apretada frente a modelos en movimiento con fondo negro y a encontrar en los rastros del desenfoque y el barrido, los mejores testimonios del engaño de la vista:
“Eso que nos causa fascinación sobre los Sentidos, la vertiginosa expresión de la vida, la vívida invocación del magnifico sentido dinámico con el cual el Universo vibra intensamente.”
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