Estamos muy contentos en Bitácora de vuelos, ya que nos hemos unido al equipo de
Bookmate México y esta unión da como resultado muchos libros. Para abrir nuestra estantería de sugerencias, escogimos libros que están relacionados con el cuerpo y el alma. Libros inquietantes, libros que van más allá de una literatura convencional y conformista.
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1.
El dedo, de Luna Miguel
«De noche, sola, desposo la cama./ Dedo a dedo, ahora es mía.» Anne Sexton escribe estos versos en homenaje a su cama vacía, donde sola goza más que nadie. Betty Dodson da un cursillo avanzado de masturbación a mujeres de cincuenta años que jamás se han mirado la vulva en un espejo. Amarna Miller finge un orgasmo retorciéndose delante de una cámara. Un doctor del siglo XIX receta masajes pélvicos a su paciente, enferma de una profunda histeria. Miles de mujeres embarazadas escriben en el buscador de Google si estimularse el clítoris podría ser peligroso para sus fetos. Y Luna Miguel, con apenas ocho años, descubre un dibujo pornográfico que cambiará su vida para siempre, y que mucho tiempo después la llevará a escribir una historia personal del autoplacer femenino.
Escrito en una intersección entre el periodismo, la divulgación, el género confesional y la ficción, y enunciado con una voz cálida, sosegada e hipnotizante, El dedo constituye una historia íntima de lo que durante demasiado tiempo ha constituido un auténtico tabú cultural: la masturbación de la mujer. O como dice la autora: «no se trata solo de algo sexual; la masturbación es también una meditación sobre el amor en solitario. Una constelación de sensaciones. Un espacio propio en el que refugiarse».
2.
Cuarto propio conectado, de Remedios Zafra
Un cuarto propio conectado es un lúcido ensayo que propone un espacio de reflexión sobre los retos que los nuevos usos y costumbres en la Red suponen para la moral, la política y la gestión de nuestra identidad personal. Un libro que aporta elementos para el debate en un amplio abanico de disciplinas, desde la antropología y la sociología hasta la filosofía y la política, y que interesará a investigadores que trabajan sobre cultura de redes, feminismo y estudios de género.
3.
Tratado de la infidelidad, Julián Herbert y León Plascencia Ñol
Los nueve relatos de este singular tratado ofrecen al lector la posibilidad de satisfacer uno de los placeres más exquisitos, más ordinarios y menos confesables que afligen al ser humano: el de contemplar todos los rincones de la vida ajena por una ranura impune. Frente a nuestros ojos se despliega una galería de estampas turbadoras, de situaciones y diálogos que despiertan la inquietud o la risa, la piedad, la envidia o el espanto. Apelan a los bajos instintos y a las altas reflexiones. Hay sexo crudo y cocido, naturalmente, pero también lujurias sutiles, casi transparentes. Hay personajes sórdidos, seres extraños e individuos convencionales que buscan caminos para eludir la convención. Hay locos de remate. Hay cuerdos lunáticos. Hay apetitos ingobernables y sentimientos complejos. Hay, por supuesto, una impúdica exhibición de las muchas infidelidades que nos habitan en cuerpo y alma. Hay, por encima de todo, un humor ácido y negro que nada oculta a la vista, que ilumina las sombras. 'Tratado de la infidelidad', sin embargo (o quizá por ello), no solo nos convierte en espectadores voluntarios: esa indiscreta ranura es también el espejo que nos devuelve la imagen de nuestras paradojas, de las verdades que no afrontamos y las mentiras que nos consuelan. Como dice Sofía Ramírez en la revista 'Cuadrivio', esta obra “busca provocar a las buenas conciencias”. Y lo consigue. Entonces empezamos a vislumbrar «una porción de instantes infinitos que vuelven una y otra vez”. Eso es la felicidad si hemos de creer a los tratadistas que han compuesto estas páginas. Esta obra obtuvo el Premio Nacional de Cuento Agustín Yáñez en el año 2008.
4.
Antología poética. Transfigurar el tiempo, de Mónica Gontovnik
En Mónica Gontovnik hay una confrontación entre quietud y avidez, entre contemplación y vacío. Caracol a la orilla del mar. Camaleon entre las venas, su cuerpo en campo de tensiones, de conflictos ásperos y permanentes. No puede eludirse a sí misma y el cerebro martilla incómodos pensamientos. Solo la fluidez de la escritura alivia, en algo, esos nudos.
5.
Sin destino, de Imre Kertész
Historia del año y medio de la vida de un adolescente en diversos campos de concentración nazis (experiencia que el autor vivió en propia carne), “Sin destino”no es, sin embargo, ningún texto autobiográfico. Con la fría objetividad del entomólogo y desde una distancia irónica, Kertész nos muestra en su historia la hiriente realidad de los campos de exterminio en sus efectos más eficazmente perversos: aquellos que confunden justicia y humillación arbitraria, y la cotidianidad más inhumana con una forma aberrante de felicidad. Testigo desapasionado, “Sin destino” es, por encima de todo, gran literatura, y una de las mejores novelas del siglo XX, capaz de dejar una huella profunda e imperecedera en el lector.
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