Nuestras acciones hablan sobre nosotros tanto
como nosotros sobre ellas.
Mary Anne
Evans[1]
Para Sheila y más mujeres con las que he
crecido en el Feminismo
Cuando estudiaba la licenciatura hace algunos
ayeres conocí a una de las mujeres que se convirtió en una de mis mejores
amigas, fue (y es) compañera, cómplice de proyectos y reflexiones, ambas nos
fuimos involucrando en el ser feminista. Confieso que no ha sido sencillo,
hemos tenido que deconstruir tantas ideas y procesos aprendidos desde que
nacimos; cada una ha llevado su transformación y crecimiento.
Ser
feminista es asumir una postura ante la vida, es también informarse, conocer,
leer, reconocer, aprender y no improvisar; les diré por qué comento esto,
porque estos días de terribles acontecimientos se ha lucrado con el Feminismo y
con mostrarse de alguna manera como personas defensoras de las mujeres, se ha
convocado desde las instituciones gubernamentales, empresas, partidos políticos
o grupos de la ciudadanía que buscan espacios a costa de todo.
Ser
feminista es no aceptar mandatos sociales en función de la cultura o un credo
religioso, es no permitir que se nos diga qué hacer o no con nuestro cuerpo, es
poder decidir nuestras ideas y opiniones, es manifestarnos ante la desigualdad
e inequidad en todos los ámbitos de la vida, es alzar la voz ante cualquier
tipo de violencia, es no quedarse quieta ante la injusticia; pero lo más
importante considero, es no fingir ser Feminista, porque ahí, en ese espacio es
que está la dignidad, y con ella créanme, no debe lucrarse.
Ser
feminista no es una moda, si ustedes buscan bibliografía sabrán que las mujeres
han llevado a cabo diferentes protestas a lo largo del tiempo, éstas siempre
han buscado que se otorguen derechos que por la situación biológica fueron (y
siguen siendo) negados: derecho a votar, a decidir sobre su cuerpo, a ser
elegida para un cargo público, a estudiar, a ser tomada en cuenta su opinión, a
no ser víctimas de violencia. Y no solo nos corresponde a las mujeres
informarnos, es a toda la población, los hombres no pueden decir que tenemos
privilegios porque abren puertas, dicen que son proveedores o creen que nos
cuidan, eso es sólo el resultado de un sojuzgamiento que les permite ejercer
poder sobre nosotras.
Las
redes sociales han sido un estallido con la propuesta al paro el 9 de marzo, sé
que muchas personas ni siquiera saben que es el 8 de marzo la conmemoración del
Día Internacional de la Mujer[2],
créanme no es mofa, o no se debe ocupar al movimiento para conseguir votos o
clientes, porque si antes de esto han ignorado las exigencias o han desconocido
las desigualdades, las agresiones que las mujeres en cualquier parte del mundo
vivimos, si no han podido clarificar o entender las situaciones particulares que
estamos pasando en México, mujeres de todas las edades, condiciones económicas
o grupos étnicos, en verdad que no vale la pena que digan que paran o que se
unen, repito: la DIGNIDAD se lleva en nuestro decir, pero sobre todo en el
hacer.
Claro
que pueden pensar que también los hombres son víctimas de violencias e injusticias,
las más generadas por los mismos hombres; pero urge que analicen y entiendan
que hay situaciones que nos suceden a las mujeres, en mayor medida, por ser
mujeres, lo que debe establecer una diferencia en cómo se mira el hecho, cómo
se atiende, cómo se juzga y cómo se da solución al problema.
El
panorama desolador de violencia, desigualdad e inequidad claro que sí es
resultante del neoliberalismo, porque este modelo ha logrado la reducción de
los servicios y atenciones que el Estado debería atender, ha permitido ver el aumento del trabajo no remunerado y la
disminución de los gastos en salud y educación, donde las primeras que dejan de
lado son a las mujeres ( a pesar de sus campañas rositas) pero no ha sido
provocado por una mafia del poder, o un personaje en especial; esto es
resultado de un sistema PATRIARCAL que ha persistido durante años, entiéndase
bien, durante años, y si no me creen, revisen la historia del mundo, lean los
mitos fundacionales, estudien las historias del conocimiento, se invisibilizó a
las mujeres y se pretende seguirlo haciendo; ahora la diferencia es que tenemos
una nueva fuerza de feministas, mujeres que han usado muy bien las redes
sociales, que saben que nada se obtendrá si no es través de la resistencia, y
sí, por qué no, hasta a través de la fuerza, nada se nos ha otorgado a través
de los llamados buenos modales, así que traten de ver las realidades de esto
que es el feminismo.
Recomendamos:
*Nuria
Varela. Feminismo para principiantes.
(2018). B DeBolsillo.
*Marcela
Lagarde. Género y feminismo desarrollo
humano y democracia. (2018). Siglo XXI Editora Iberoamericana.
*Laura
Freixas. A mí no me iba a pasar: Una
autobiografía con perspectiva de género. (202019). Ediciones B.
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[1] Mary Ann Evans fue una escritora que publicaba tras el seudónimo de George Eliot. Les recomiendo su libro Escenas de la vida clerical.
[1] Mary Ann Evans fue una escritora que publicaba tras el seudónimo de George Eliot. Les recomiendo su libro Escenas de la vida clerical.
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