Enrique Serna (1959, CDMX) me gustó desde la
primera vez que lo leí en el suplemento Sábado del Unomásuno.
Había muchos ejemplares guardados en la casa de asistencia donde viví mis
primeros años xalapeños. Lo seguí en sus cuentos de Amores de segunda mano. Y posteriormente con Señorita México y de ahí en adelante, mientras mi economía lo
permitió seguí sus publicaciones. Pocos escritores mexicanos vivos han logrado
hacer de mí un fan tan fiel, que aún en sus obras que me parecen fallidas, lo
disculpo porque son más aquellas que me han llenado de placer.
En
su novela El miedo a los animales,
hace una radiografía del descontento social y la falta de escrúpulos de los
encargados de cumplir la ley. Cosa sabida por todos. Serna lo maneja con su
característico humor negro, su facilidad para la sátira y nos deja con un
amargo sabor de boca, pero no exento de la sonrisa provocada ante el
sufrimiento absurdo de sus personajes. Crítica feroz del sistema de creadores
mexicanos, de las artes y en general de la élite del poder cultural del país. Mezcla hábilmente el
mundo gansteril de la policía con el de los artistas. Y el lector puede ver que
no existe ninguna diferencia, que son dos caras de una misma moneda. En los dos
medios la misma droga, el mismo alcohol, el mismo abuso de poder y la misma
pereza mental. La leí al mismo tiempo que otros amigos y un ejercicio ocioso
que adquirimos fue tratar de adivinar a qué escritor o pintor disfrazaba tras
tal o cual personaje. Por supuesto que siendo jóvenes de provincia, nuestro
desconocimiento de personalidades no nos dejó descubrir mucho.
Serna
es un maestro en el arte de crear personajes cada vez más increíbles en su
absurdo cotidiano. Así, tenemos una miss México que no quiere serlo y se
autodestruye con singular alegría en cada paso que da hacia el concurso
internacional, que por supuesto termina saboteando en pos de algo que la deja
sumida en una vida totalmente anodina. Su gran logro es no perder ninguna
emisión de su telenovela favorita, sin darse cuenta de la gran oportunidad de
educación y libertad que perdió al no dimensionar su participación en Miss Universo.
Metáfora de un país, que lo tiene todo para salir del tercermundismo, pero
gracias a las políticas ignorantes de sus dirigentes, al abuso machista y
paternalista del poder económico, a la falta de educación de la mayoría de sus
habitantes, sigue hundido en la pobreza mental y física.
Serna
fue publicista, argumentista de telenovelas y biógrafo de ídolos populares
antes de dedicarse por completo a la literatura. Sus novelas y cuentos tienen
referencias cinematográficas, guiños al melodrama y un uso del lenguaje popular
que vuelve a sus personajes más cercanos y entrañables, pero al mismo tiempo
más odiosos o dignos de lástima.
Sus
cuentos son muy teatrales, tanto así que por ahí hay ya puestas en escena con
dos de ellos. En su sarcasmo no perdona ni a la gringa ávida de adoptar al niño
huérfano por el terremoto, pero a “ese niño” un niño fantasma que existe solo
para los medios, para despertar la compasión, el ansia de ayuda.
Los
diálogos fluyen, la historia avanza sin que uno sienta la cantidad de páginas,
hasta que ya casi a punto de terminar la novela quisieras no haber ido tan
rápido porque llega el momento de despedirte de ese mundo, miserable, salvaje,
cruel, triste, terrible en su realidad; un universo que mueve nuestras
inmediatas risas, pero también nuestra profunda preocupación por lo que sigue,
por lo que hemos creado, por esta falta de valores o de escrúpulos que los
personajes de Serna nos retratan en cada texto.
Incluso
su novela más autobiográfica Fruta Verde
no está exenta de la crítica social y familiar. Una novela que retrata su
entrañable amistad con uno de los grandes dramaturgos mexicanos, Carlos Olmos,
y donde aprovecha para hacer una disección de la familia mexicana llena de vicios
y prejuicios. Que puede recordarnos o no a nuestra familia.
TERESA MUÑOZ. Actriz con formación teatral desde 1986 con Rogelio Luévano, Nora Mannek, Jorge Méndez, Jorge Castillo, entre otros. Trabajó con Abraham Oceransky en 1994 en gira por el Estado de Veracruz con La maravillosa historia de Chiquito Pingüica. Diversas puestas en escena, comerciales y cortometrajes de 1986 a la fecha. Directora de la Escuela de Escritores de la Laguna, de agosto de 2004 a diciembre 2014. Lic. en Idiomas, con especialidad como intérprete traductor. (Centro Universitario Angloamericano de Torreón). Profesora de diversas materias: literatura, gramática, traducción, interpretación, inglés y francés. Escritora y directora de monólogos teatrales. Coordinadora de Literatura y Artes Escénicas de la Biblioteca José Santos Valdés de Gómez Palacio, Dgo.
0 Comentarios
Recordamos a nuestros lectores que todo mensaje de crítica, opinión o cuestionamiento sobre notas publicadas en la revista, debe estar firmado e identificado con su nombre completo, correo electrónico o enlace a redes sociales. NO PERMITIMOS MENSAJES ANÓNIMOS. ¡Queremos saber quién eres! Todos los comentarios se moderan y luego se publican. Gracias.