Bitácora de vuelos ediciones
recientemente publicó el ebook de poesía Estación Pandura, de Cynthia
Rodríguez Leija. Compuesto por 31 poemas divididos en 5 secciones, Estación Pandura es un libro de poemas que reúne varias
representaciones de un viaje. Va desde los viajes en tren a través de las
pinturas de Magritte, Dalí, Turner y Daumier; pasando por los viajes internos
de la migración y finalizando con los viajes por las carreteras rurales de la
rivereña en la frontera norte de México. La conexión narrativa se aprecia a
partir del discurso de la imagen plástica, al movimiento de las ciudades y
quienes habitan en ellas.
Con motivo de
esta publicación electrónica, conversamos con Cynthia Rodríguez Leija quien
nos compartió episodios de su infancia, así como de su quehacer actual en la
literatura.
Su entrada a la
literatura, se la debe a su padre y a su madre: «Mi padre me acerca a los
libros, mi madre a la tradición oral. Mis primeras lecturas fueron de la precariedad,
de lo que había. Los gustos lectores de mi padre no eran adecuados para mi
edad, sin embargo, eso me lanzó a admirar el lenguaje y el conocimiento de
otros, de otras».
Otro momento importante en la vocación literaria es el
inicio en el quehacer poético, o literario, ya que la autora de Estación
Pandura, no sólo ha escrito poesía. Para ella, en un principio no era
propiamente un quehacer, se trataba sólo de curiosidad, explorar aquellas
musicalidades del verso. Luego —señala— vinieron las imágenes y los engranes de un todo. Y finalmente la
necesidad de decir cosas. Para Cynthia, la
poesía es una dimensión crítica que, en su estructura, expresa su propia
naturaleza. La visión de esta última claridad —confiesa—, es apasionante. Y agrega: «Ver mis primeras
publicaciones fue bastante irreal. Todo comenzó en los años noventa con Víctor
Sandoval y Edmundo Valadés. Para entonces nuestras plataformas más socorridas
eran las revistas nacionales y las gacetas universitarias. Me sentía bastante
en ciernes, pero decidida».
Otra
pegunta que le planteamos a la autora fue sobre los días destinados a la
creación poética: «Mi día de creación es bastante accidentado. Leo y escribo a ratos.
Mi tiempo está completamente fragmentado. Debo trabajar en proyectos
autogestivos y combinar mis tiempos con las necesidades diarias. No cuento con
un ingreso fijo, por lo tanto, mi realidad no me permite esperar sentada en una
banca rodeada de buganvilias la llegada de la inspiración. Mientras estoy
trajinando, resuelvo hacia dónde debo llevar mis investigaciones; siempre tengo
mi cuaderno de notas muy cerca, porque todo va surgiendo durante el día, en los
momentos menos esperados se clarifica la idea. Diariamente estoy conectada con
los temas que estoy abordando. Escribo en cualquier espacio de la casa. Antes
de la pandemia, en el transporte público o en las plazas, corredores, parques».
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Anna Shvets |
La pandemia ha tomado un lugar importante en la
escritura, ha trastocado su proceso, pero no sólo el de la escritura, sino el
de la vida misma. A todos nos ha cambiado la vida y las percepciones, afirma
Cynthia. Y agrega: «Las necesidades básicas de sobrevivencia se han recrudecido. Los
proyectos que había en puerta se han disuelto, sin darnos tiempo para
prepararnos a esa parálisis». No obstante, esta
situación de emergencia sanitaria, contrario a detenerse, la ha impulsado a
sacar los proyectos que tenía en agenda, aunque sin un destino aparente. Esta
fuerza es de alguna manera un proceso de adaptación y el descubrimiento de
nuevas herramientas para seguir trabajando y en contacto con los demás, «ahora estoy explorando cómo construir una continuidad narrativa
con todo eso», dice.
Con referencia al libro publicado por esta casa editora,
la poeta nos comenta que Estación Pandura,
lo escribió mucho antes de este contexto que ahora nos circunda. No le parece
que vislumbre la nueva realidad, aunque en la tercera y última parte, aborda el
tema de los pueblos abandonados del noreste mexicano. Para Cynthia, otro
tipo de pandemia o pandemónium aparece ahí. No obstante, el ebook sí hace
referencia a una especie de fantasma, la otra movilidad social que figuraba en
nuestras novelas costumbristas, en las charlas de sobremesa con nuestros
abuelos: los trenes de pasajeros. Para la autora, viajar ahora es distinto,
implica un claro espejismo con la muerte... en aquel entonces, sentencia,
también… pero podías verla llegar.
Y continúa: «Este libro no pretende
romper con ningún paradigma, no pretende hacer una reescritura o apropiación
del lenguaje, no. Este libro es un recordatorio de lo que fue, mientras
pretendíamos salir a salvo de aquella otra forma aprendida». El libro lo empezó a escribir en el 2012, en la Ciudad de
México. En un principio quizo hablar de los trenes como homenaje a su familia
ferrocarrilera; «varios poemas de entonces no aparecen en este libro, porque cambié
el rumbo, quise darle otro tratamiento. Fue así que me enfoqué a las estaciones
de viaje: el viaje físico, pero también el generacional. Otro planteamiento
tiene que ver con las ciudades. Crecí en una ciudad fronteriza azotada por la
violencia. Irse de ella y verla de lejos me paralizó. Quise entender esa visión
y empecé a escribir lo que iba encontrando en el transcurso de mi reflexión.
Esta vez, no hubo ninguna influencia literaria. Quiero decir que se trataba de
otra cosa, de un encuentro conmigo en la lejanía. El reto fue terminarlo.
Escribí tanto sobre lo mismo. Veintenas de páginas que no están en él, pero que
sirvieron para llegar al punto final. Hubo un acontecimiento que cambió mi
destino, y que de alguna manera me trajo a donde ahora me encuentro. Y sobre eso
escribí mi último texto, que en la formación del libro, me parece que quedó en
la página 99. Me costó mucho escribir este último texto, pero cuando lo logré,
supe que había terminado. Mientras escribía Estación Pandura,
paralelamente terminé otro de mis libros, titulado Kinim que habla sobre las moscas... así de larga estuvo mi
catarsis. Ahora ahí está, esperando ser leído y tratando de que aporte algo. El
tiempo dirá».
Para cerrar esta entrevista, Cynthia nos comenta que está trabajando en un libro sobre el feminicidio, abordado desde
el estudio y análisis de expedientes judiciales. Así mismo, pone a disposición
de los lectores su correo electrónico, con el fin de continuar el diálogo
poético en torno a Estación Pandura, y a su quehacer literario: cynthialeija@yahoo.com

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