POST
MORTEM
Me encontré con su cadáver
en la página cuarenta y cinco.
Qué fortuna la de aquel bicho:
morir aplastado
por unos versos de Ungaretti.
LA ÚLTIMA LEGIÓN
Caminó por la calle de su antigua escuela.
En la banqueta que daba hacia la tapia
encontró los nombres que él
y sus amigos de la infancia
habían inmortalizado sobre el cemento:
Glauco, Aquiles, Áyax, Héctor…
Todos se veían vivos, todos relucientes,
el suyo era el único que ya iba desapareciendo.
Me encontré con su cadáver
en la página cuarenta y cinco.
Qué fortuna la de aquel bicho:
morir aplastado
por unos versos de Ungaretti.
LA ÚLTIMA LEGIÓN
Caminó por la calle de su antigua escuela.
En la banqueta que daba hacia la tapia
encontró los nombres que él
y sus amigos de la infancia
habían inmortalizado sobre el cemento:
Glauco, Aquiles, Áyax, Héctor…
Todos se veían vivos, todos relucientes,
el suyo era el único que ya iba desapareciendo.
MERCADO
SAN JUAN
Compramos caballitos de madera
venían en pareja
uno de ellos estaba roto
como nosotros.
Compramos caballitos de madera
venían en pareja
uno de ellos estaba roto
como nosotros.
CRITÓN O LA DERROTA
Sócrates:
Entiende, Critón,
la derrota no existe,
sólo hay hombres derrotados,
débiles de espíritu;
nada parecido a la derrota
se encuentra en el Topos Uranus:
las almas poseen alas de victoria,
lenguas de triunfo,
huesos de dolor,
espasmos en el estómago…
Critón:
Guarda mejor tu aliento, Sócrates,
la cicuta ya penetra
tus divagaciones.
Sócrates:
Entiende, Critón,
la derrota no existe,
sólo hay hombres derrotados,
débiles de espíritu;
nada parecido a la derrota
se encuentra en el Topos Uranus:
las almas poseen alas de victoria,
lenguas de triunfo,
huesos de dolor,
espasmos en el estómago…
Critón:
Guarda mejor tu aliento, Sócrates,
la cicuta ya penetra
tus divagaciones.
BATALLA
ÉPICA
La batalla había durado más de tres horas.
A lo lejos, más allá del campo ensangrentado,
podían verse los restos de su ejército;
ya no había nada más que hacer sino huir.
El Rey Blanco sintió un ligero escalofrío
cuando oyó decir el Jaque Mate
en voz de Kaspárov.
La batalla había durado más de tres horas.
A lo lejos, más allá del campo ensangrentado,
podían verse los restos de su ejército;
ya no había nada más que hacer sino huir.
El Rey Blanco sintió un ligero escalofrío
cuando oyó decir el Jaque Mate
en voz de Kaspárov.
Foto de Harrison Candlin en Pexels
IRÁN VÁZQUEZ HERNÁNDEZ (Oaxaca, 1981). Poeta, ensayista e investigador. Varios de sus escritos han sido publicados en diversas revistas nacionales y extranjeras, así como en las antologías Asamblea de Cantera. 25 años (Cantera Verde, 2014), Viaje a la oscuridad. Antología de cuento breve (Lengua de Diablo, 2015) y Cada silencio nace una palabra muerta. 27 autores iberoamericanos (Ediciones solidarias, 2018). Es Premio Nacional de Ensayo Joven 2002 y Premio Nacional de Poesía Enrique Peña Gutiérrez 2020.
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