#LasImprescindibles Apariciones (Fragmento) **Cuando escribo, soy quizá alguien llamada Lugarda Aldana de Villarroel —¿o soy Juana de Soto y Guzmán?— || Margo Glantz

Foto: Proceso

LAS SIRENAS DEL MUNDO
 
Empiezo diciendo:
        Cuando escribo, soy quizá alguien llamada Lugarda Aldana de Villarroel —¿o soy Juana de Soto y Guzmán?—
        (en el mundo),
        después sor Lugarda de la Encarnación —¿o sor Teresa Juana de Cristo?—
        (en el claustro), y entonces digo:
        —Te pido padre, en nombre de tu preocupación, si es que la tienes, que mires por mi salvación, no dejes que tu hija permanezca tanto tiempo expuesta a las sirenas del mundo. Si me hubieses prometido a un esposo mortal que habitara en tierras lejanas, no habrías vuelto a verme. Te indigna, sin embargo, que nos separen unas simples paredes por mi afán de unirme a un esposo celestial.
        Y la que habla dentro de mi texto hace una pausa y retoma con más fuerza:
        —¿Por qué me retienes en contra de mi voluntad? ¿Por qué envidias una pequeña celda y una humilde mesa en la familia de Cristo?
        Detengo aquí mi relato, presta a retomarlo en un momento más propicio.
 
 
SE ACERCA
 
Lo ves acercarse, avanza con pasos largos y rápidos, viene hacia aquí, empuja la puerta.
        Te llamo la atención, te prevengo, te pregunto.
        ¿Por qué tiemblas?
        Callas.
        Pero ya está junto a ti, se acerca y dice:
        —Desnúdate.
        Lo haces.
        Ya estás desnuda.
        —¡Échate en el suelo!, ordena.
        Lo haces.
        —¡No así, repite, a cuatro patas!
        Te pones a cuatro patas. Te mira, se desviste y lentamente te monta.
        Entra en ti.
        Vuelve a decir, en voz suave, perentoria:
        —¡Muévete!
        Y te mueves.
 Te golpea las caderas con las palmas abiertas. Te estremeces, dices: ¡sigue, sigue, más, más!
        Él lo hace, se mueve dentro de ti y te golpea.
        —¿Gozaste?
        —Sí, respondes.
 
 
LA REVELACIÓN
 
Escribo de nuevo, gozo y la escribo.
        Voy vestida sobriamente. Con modestia coloco las yemas sobre el teclado, es suave, acogedor, íntimo. La escritura me calma, calma la angustia de la espera. Escribir es un encantamiento. Sobre todo cuando tengo la revelación, cuando sé cómo nombrarla:
        —Ya la llaman sor Lugarda de la Encarnación. En el siglo llevaba el nombre de Lugarda Aldana Torres de Villarroel.
 
 
CIERRAS LOS OJOS
 
—¿Gozas?
        —Sí, dices, gozo.
        Y agregas:
        —¿No ves cómo gozo?
        Agrego con severidad:
        —¿No ves que no es lo mismo? No es lo mismo echarte de bruces sobre el suelo, totalmente vestida, y ponerte a lamer los huesos que alguien ha tirado por el suelo, que desnudarte, echarte a cuatro patas, siguiendo sus órdenes, ponerte con la grupa al aire, como perra, y esperar a que te monte.
        Me miras como interrogándome:
        —Por esa razón, continúo, te golpea con las palmas abiertas sobre los flancos, para que obedezcas, te muevas, alces la cara, cierres los ojos, abras la boca y quedes exhausta, detenida en una mueca dolorosa.
        —¿Gozaste?
        No me contestas, te vuelves hacia él y le preguntas:
        —¿Has gozado?
 
 
DARLE NOMBRE
 
No cejo, insisto, sigo escribiendo.
        Me digo que debo decidirme, que tengo que ponerle nombre, sí, tengo que nombrar a la mujer. Aunque hace tiempo, antes de darle nombre, había escrito:
        “Lo de su recogimiento y estrechísima clausura ha sido admirable, pues ese recato que mostraba mucho antes de ser monja fue una prueba clara de su extraordinario natural, esa constancia y esa fuerza que, luego, al desposarse con Cristo, con su dulce esposo muerto y sacramentado, le permitió que sólo para mirarlo le sirvieran los ojos.”
 
Glantz, Margo. Obras reunidas II. Narrativa (Literatura) (Spanish Edition). Fondo de Cultura Económica. Edición de Kindle.

MARGO GLANTZ obtuvo el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en el Idioma Español 2022. El galardón, considerado uno de los más importantes de literatura iberoamericana, distingue a un autor por el conjunto de su obra y aportación al patrimonio literario de la lengua.

0 Comentarios