RESEÑA Apuntes sobre pintura: Juan Manuel Uría **Se trata de un libro escrito por una de las plumas más certeras en cuanto a brevedad, fragmentación y evocación se refiere || Hiram Barrios

Pintar es hacer el amor con la forma
JUAN MANUEL URÍA

La clasificación de los géneros artísticos suele ser artificiosa. Se buscan diferencias y parentescos, afinidades y discrepancias: puntos en común que permitan establecer una mirada de conjunto. Clasificar es siempre separar, y en última instancia, dividir. Pocas veces se repara en los lazos que vinculan a lenguajes en apariencia distintos como lo son la pintura y la poesía, aunque sabemos de ellos desde el famoso “ut pictura poiesis” horaciano. El legado de las especializaciones tiende a enmarcar un lenguaje, a encuadrarlo en un espacio per se que lo aleja y lo distingue del resto.
        Sin embargo, para quienes se ocupan de la creación artística en un sentido amplio y generoso, los lenguajes para alcanzar una experiencia estética suelen ser de una misma naturaleza. Quienes han practicado con la pluma y el pincel saben que transitan por un mismo camino. Juan Manuel Uría (Errentería, 1976), pintor y poeta, nos recuerda en su reciente título Apuntes sobre pintura (2022) esa lección fundamental: “como la pintura así es la poesía” (y viceversa).
        Apuntes sobre pintura es una inquisición existencial que bordea interrogantes e inquietudes sobre la naturaleza de la pintura y al acto mismo de tomar el pincel, sobre las técnicas y soportes que dan vida a esta actividad, así como el destino de la expectación y del mensaje estético. Se presenta a partir de reflexiones fragmentarias y aforísticas cuyo vaivén invita a repensar en todo momento la naturaleza de eso que llamamos pintura.
        Se trata de un cuaderno de trabajo sumamente personal e íntimo, con el que Uría nos abre las puertas de su taller, de sus estudios y de sus conclusiones sobre la pintura misma, actividad a la que se ha dedicado desde la infancia. Asume las directrices de un tratado de estética, y sin ser un “manifiesto” en sentido estricto, nos presenta una declaración de principios, así como una preceptiva de valores estéticos; se nutre de confesiones, pero lejos de ser un “diario” asemeja más al “dietario”, es decir, un régimen de vida, pues no narra el día a día del pintor-poeta, sino que el autor se difumina en aras la actividad estética: su perspectiva personal es una excusa bien lograda para abordar diversos temas que se deducen del acto de pintar.
        No se trata de un manual para acceder a la pintura o de una serie de instrucciones para mejorar en esta disciplina, sino de una introspección basada, ante todo, en la honestidad intelectual. Un artista en toda la extensión (y responsabilidad) de la palabra que desnuda su práctica, sus intereses, sus cuestionamientos e incluso sus contradicciones que son la base de su labor creativa. La honestidad con la que se plantea esta apuesta existencial es, por mucho, uno de los valores de este libro singular.
        Una de las ideas centrales gira en torno a la libertad (y la liberación) del artista. Una invitación a reeducar la mirada y el intelecto, que apela a “desaprender” aquellas nociones que encarcelan, limitan o cercenan la creatividad. Hay en la propuesta de Uría una reivindicación de lo irracional, una vuelta a lo primigenio que homenajea a las vanguardias como el surrealismo y que recuerda el tópico baudeleriano: “El genio no es más que la infancia recuperada a voluntad.” Así, Uría emprende el camino a su propia infancia, con la intención de hallar en el periplo las intuiciones que permitan rehacerse como artista.
        Apuntes sobre pintura no sólo es una reflexión sobre la pintura, sino que indaga también en el lenguaje mismo. Se trata de un libro escrito por una de las plumas más certeras en cuanto a brevedad, fragmentación y evocación se refiere, pues Uría, además de pintor, es autor de varias colecciones de aforismos (Dos por la mañana, La ciencia de lo inútil o Infancia es lugar), títulos fragmentarios de corte ensayístico (Harria / La Piedra) y de haiku (K’amékuarhu), en los que ha demostrado su maestría con la pluma. Y este título no es la excepción. Un libro que nos invita a pensar en la naturaleza poética que habita lo mismo en la escritura que en la pintura.

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No tengo una respuesta al enigma central de lo que somos. No soy tan pretencioso (o, afortunadamente, dejé de serlo). Solo esbozo acaso una interrogante, extraigo de ella una humilde y contundente duda, una aproximación espiritual cuya huella crece materialmente en cada línea, tomando la forma de una creación sinuosa, titubeante y —para quien sabe mirar— única.


Paso con naturalidad de la escritura a la pintura y viceversa. Dos lenguajes de un mismo impulso poético. Dos facetas de una misma voluntad incomprensible.


El pintor es un muecín que llama a un resurgimiento de la mirada.

 

Pintar es un ejercicio excesivo y salvaje o no será.

 

Los dioses ya no sirven de contrapoder, solo el arte mantiene cierta tensión de oposición, única forma moderna de trascender y mirar las cosas por encima de ellas mismas.

 

Provocar la apertura del espíritu como una flor; que el arte sea una causa, como la primavera, como el amor.

 

El arte que no fulgura —y desgraciadamente es la mayoría del arte de hoy— es arte decorativo.

 

Recuperar el paisaje interior y la palpitación de la forma que ansía nacer.

 

Pintar también es una forma de huir. Cómo no va a serlo.


Juan Manuel Uría. Apuntes sobre pintura, prólogo de Eduardo Moga. Madrid: Polibea (La espada en el ágata, 36), 2022, 223 pp.


HIRAM BARRIOS (Ciudad de México, 1983). Escritor, traductor y crítico. Es autor de los libros de ensayo El monstruo y otras mariposas (UNAM-Naveluz, 2013) y Las otras vanguardias (UANL, 2016); de los títulos de aforismo Apócrifo (Ajenjo, 2014; 2ª ed., UNAM-Naveluz, 2018) y Artimañas (Lima, Perú: Quarks Ediciones Digitales, 2021); y de los compendios Lapidario. Antología del aforismo mexicano (FOEM, 2015; 2ª ed., 2020); Aforistas mexicanos actuales (Apeadero de Aforistas, 2019) y Disparos al aire. Antología del aforismo en Hispanoamérica (Trea, 2022). Como traductor del italiano, recuperó la obra de Eros Alesi en las antologías Voces paranoicas. Bitácora inédita (Cuadrivio, 2013) y Mamá Morfina. Poesía reunida (Laberinto, 2021). Preparó además la antología El placer de fastidiar. Aforística italiana (en prensa). En coordinación con Donato Di Poce, editó los compendios Silenzi scritti. Aforismi. Antologia Bilingüe Italiano-Spagnolo (I Quaderni del Bardo, 2020), y Clandestini / Clandestinos (I Quaderni del Bardo, 2021), ambos publicados en Milán, Italia.  


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