El desvelo se prolonga henchido de susurros delirantes,
el ensayo de los días es más etéreo.
Entre la letanía de grillos,
los linderos de luna y sol se subliman:
destilación fascinante y apocalíptica.
Y ya no sé si vivo un día, dos o tres.
Y al acostarme
giro, giro y giro.
En ese minuto centelleante,
ya mi humanidad es un laberinto.
Luego,
un sueño hierático,
éxodo efímero.
Y mañana,
el retorno.
Olor a domingo
Hoy se congregan las sensaciones de la infancia lejana:
las cadencias de la banda escolar,
las plegarias de la misa,
el insistente anuncio del periódico,
el olor a pan tostado con mantequilla y café con leche
y las despedidas.
Otra vez caminar hacia la avenida con el sol lacerante de la tarde
y la claridad que demarca con fuerza esta región de sombras;
otra vez los pensamientos inmersos en las entrañas del agua,
ajenos a las variantes del dolor en el horizonte calcinado.
Los vapores del adiós irrigan la casa,
seca como aljibe pidiendo misericordia.
Otro domingo de ausencias.
¿Y esta vez tú?
Lienzo rasgado
Peinó el frondoso cabello
que bajaba por el despeñadero de sus hombros.
El espejo le devolvió el rubor intenso de su rostro.
Tras la agitada indecisión se decantó por aquel traje
ondeado de florescencia y palidez.
Salió flotando con la luz de la luna anidada en su pecho,
agonía del éxtasis.
Al día siguiente solo era un lienzo rasgado
por la lanza del abandono,
otra vez.
Fotografía de Pexels.
LOURDES DÍAZ BLANCA. Nació en San Juan de los Morros, Venezuela, en 1971. Autora de dos poemarios inéditos: El preludio de su marcha y Lo que ellos me contaron. Doctora en Lingüística, Magíster en Lingüística y Profesora de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Ha publicado en Hacedoras: Mil voces femeninas por la literatura venezolana (2022); seleccionada en la convocatoria de poesía Lo que mis lágrimas han callado (Guadalajara, Jal., México, 2022); participante en la convocatoria Versos de Olivo (México, 2022) y seleccionada en la convocatoria de la Revista Trémolo Nro. 2 (Tijuana, Baja California).
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