RESEÑA Un naufragio permanente de Hiram Barrios: el vanguardista del aforismo || Yobany García Medina


Tzvetan Todorov en el prólogo de La literatura en peligro declara, con sincera humildad u oculta soberbia, que, tras inmiscuirse en el camino de la lectura, también transitó los senderos de la escritura. “¿Escribir?” Así, con esa interrogante y con tres o cuatro intentos de poemas, una obra de teatro y la única página de una novela, intuye que su camino se halla en otra senda: menos gloriosa, pero igual de exigente; poco concurrida, aunque, quizá, en remuneración son idénticas: la crítica y la teoría literaria. Dicho proemio sólo es la excusa para poner de manifiesto que el campo de las letras comprende un espectro amplísimo: la difusión, la docencia, la investigación, la escritura académica, la creativa… No obstante, en la base de todas éstas siempre se halla la lectura. El sujeto de letras, entonces, es una especie de todólogo, y digo una especie porque como cualquier otra está a punto de extinguirse: los polígrafos parecen una desventura antiquísima, una reliquia para lo contemporáneo, una extravagancia en la era de la especialización. Y digo también todólogo porque querer leer todo, a veces, nos empuja a intentar escribirlo todo. 

En esa categoría coloco la figura de Hiram Barrios (Ciudad de México, 1983), y aunque su nombre tiene presencia en las ensayísticas (El monstruo y otras mariposas, 2013), la traducción (Mamá morfina: poesía reunida de Eros Alesi, edición bilingüe: italiano-español, Laberinto, 2021), la investigación (Lapidario. Antología del aforismo mexicano, FOEM, 2020/; Disparos al aire. Antología de aforismo en Hispanoamérica, Trea, 2022), la docencia (Curso-taller de creación y crítica del aforismo, 2022) y la difusión del aforismo en habla hispana, su faceta de aforista enriquece y es testimonio inapelable de su todología. 

En ese entendido, Un naufragio permanente (Aforismos 2013-2023), su última publicación, no sólo reúne diez años de aforismos, desde Apócrifo, 2013; Silenzi scritti aforismi, 2020, Artimañas, 2021, hasta una sección inédita, con una clara reminiscencia a la literatura performativa y experimental; también, como advierte su título, es la mirada de un aforista que no termina de encallar en ningún puerto; rema con fuerza, a veces, para llegar a las orillas de una verdad-espejismo: “Dondequiera que voy me llevo” (p. 17), dice Barrios, pero, lo perenne del naufragio comienza en la introspección y ahí el laberinto se multiplica hasta desembocar en el afuera, donde la bastedad aplaca las ganas de llegar a algún lado: ¿seguir nadando o dejarse morir? Ni una ni otra, mejor ir despedazando la voz y arrojar su pedacería al mar, al cielo, al asfalto, al papel, alguna palabra llegará a los oídos de otro desgraciado que ya se amputó la lengua: “El vacío de una persona se mide en la cantidad de sus palabras” (p. 41).

De entre las distintas secciones que comprenden al libro, diversos, al mismo tiempo, son los juegos aforísticos de Hiram. Encasillarlo en un tema, una estructura o una retórica sería condenar lo indomable del género, anular las libertades que ha encontrado el autor en su ardua faceta como experto del aforismo. Dicha condición lejos está de “academizar” la sentencia; al contrario, se mofa del estatuto prescriptivo de las formas más tradicionales y lleva al límite la naturaleza del aforismo contemporáneo, que es irónico, paródico, mordaz, lúdico y conciso, a un estado anárquico, libertino, yo diría, metaforístico: “El aforismo no busca educar. Por eso es tan aleccionador”. (p. 14); “El aforismo sabotea la moraleja”. (p. 15); “Los mejores aforismos los escupo en la calle. En el asfalto está mi aforística” (p. 20); “Me esfuerzo por terminar este aforismo y ni siquiera puedo comenzarlo” (p. 34). 

Esta última lamentación disfrazada de aforismo funge como preludio autopoético. A saber, Barrios, en la sección “Autoservicio”, utiliza la sentencia como pretexto para experimentar con otras formas de creación literaria, apelando a distintos géneros discursivos; al tiempo que integra a lector, en el sentido más vanguardista, para la cocreación de la escritura de este género. La propuesta lejos está de ser novedosa, lo performativo de la literatura es una estrategia que se sobreexplotó en las vanguardias literarias de principios del siglo XX; sin embargo, resulta muy refrescante en un género, que por muchos siglos se asoció a una fórmula inmutable, prescriptiva y conjurada por una élite intelectual o con determinada autoridad discursiva. Más adelante, entabla un diálogo con la poesía caligramática, el aforismo también se desgrana gráficamente. Efraín Huerta simula la versificación del aforismo y constituye un “subgénero”: los poemínimos. Hiram Barrios propone los “caligraforismos”. 

Así pues, Un naufragio permanente, de Hiram Barrios, es una antología de aforismos que excede por mucho las convenciones de un libro de este género; en síntesis, lo vuelven destacable dos razones, a parecer mío. Primero, la experimentación, lo performativo, lo dialógico de su propuesta que no sólo evoca a autores icónicos de la tradición aforística, también a la comunicación con estructuras literarias y distintos géneros discursivos. Segundo, y consecuencia del anterior, porque abre el camino para seguir renovando, quizá no las características esenciales del quehacer aforístico, pero sí las maneras en la que éste se combina con otras manifestaciones del sistema literario. Hechos que me resultan suficientes para exhortar a los lectores del aforismo, y ¿por qué no?, a toda persona que pretenda adentrarse en este género, a naufragar en sus páginas o dejarse ahogar, como dice el autor: en “[…]un naufragio permanente […] nunca dejas de hundirte” (p. 45). 
 
Referencia 
Barrios, Hiram. (2023). Un naufragio permanente (Aforismos 2013-2023). Editorial Libros del Aire. 

YOBANY GARCÍA MEDINA. Escritor, profesor e investigador. Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas por la Facultad de Estudios Superiores Acatlán (UNAM). Maestrante de Literatura Mexicana en la UNAM. Miembro Fundador del Seminario Permanente de Metaficción e Intertextualidad (FES Acatlán) y miembro del Seminario Interinstitucional de Teoría Literaria UAM-UNAM, SEMINTEL. Ha publicado en múltiples revistas y antologías, nacionales e internacionales. Fue galardonado con el Premio Nacional de Poesía Rogelio Treviño en 2017, con el poemario Sótanos del insomnio. En 2019 publicó el poemario La fe del polvo, en la colección “Hojas Sueltas”, Tintanueva Ediciones. Con el poemario Mal de ojo se hizo acreedor al Premio Nacional de Poesía María Elena Solórzano 2021. Recientemente, publicó su primer libro de aforismos La estupidez es un karma, publicado por la editorial Libros del Fresno.


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