CRÓNICA Zimba y Nazario || Jorge Acevedo

 
A la memoria Jorge Camacho Ruiz

I
 
Cuando Don Pedro José Ruffini junto a otros pobladores pensaron el pueblo de Tartagal, dispusieron un terreno exclusivamente para que sea una plaza: con el transcurrir de los años se convertiría en el principal paseo público de la Tartagal, la principal manzana de la ciudad: “el centro del universo”. Así decía un relator deportivo cuando nombraba a su ciudad y a su equipo de futbol.
 

II
 
En el libro Tartagal ñaupa, Marta Juárez describe la plaza: El pueblo aún no tenía un plano urbanístico, y las casas de adobe y madera se ponían en cualquier lado, donde hubiese un espacio grande. A una cuadra de le estación Manuela Pedraza, sobre lo que hoy es la calle San Martín, estaba el hospedaje “El espinillo”, frente a un frondoso árbol del cual tomó el nombre. Allí aparcaban los viajeros, y era lugar de reunión de los pobladores y recién llegados. Al frente del hospedaje había un amplio terreno donde había corrales y pastizales para caballos y vacunos.[1]

Leoncio Rioja realiza una breve crónica de la década 30’: Es digna de encomio la labor de nuestro flamante intendente, Sr. Cattáneo en nuestra Plaza Mitre. Los jardineros y cuadrillas de peones con actividad, nivelando y arreglando las avenidas, en lucha tenaz con los rebeldes yuyos que conocimos como dueños absolutos del terreno. Sabemos que el Sr. Intendente en colaboración con el presidente del H.C Deliberante, Sr. Mateo Brozicevich, están empeñados en la ardua tarea de poner las columnas con las luces que tanta falta hacen; mientras que, por otro lado, Don Luis Martínez Fresco organiza una velada teatral a fin de recaudar fondos pro-columnas del alumbrado de la plaza. [2]

 Durante la intervención de Octavio Carrizo en marzo de 1935, se pudo diagramar y confeccionar el plano de la plaza Bartolomé Mitre: denominación que cambió cuando se construyó el monumento al “Padre de la Patria, al Gran Capitán de los Andes”, en el año 1947.  En este sentido, la Plaza General San Martín, fue remodelada en el año 2010. Una remodelación realizada con fondos económicos nacional, a raíz del alud sufrido el día 9 de febrero de 2009, a las 10 de la mañana. El rio Tartagal, aquel día de 2009, se transformó en un gigante de lodo, troncos y ramas retorcidas que devoraron el puente ferroviario, las aguas se llevaron casas y mataron a dos personas: Modesta y Rosa Alfaro.  Si hubiera sido de noche, la historia era distinta, en fin.

Por consiguiente, la plaza General San Martín tuvo tres periodos: a) cuando todavía era un “potrero o cancha de futbol”:  plaza Mitre; b) desde 1947 hasta 2009, pasó a llamarse “Plaza General San Martín (la tradicional plaza de Tartagal en estas crónicas); y c) La plaza San Martin, cuya remodelación fue realizada en el año 2010, época post alud. A propósito, la plaza San Martín: en setiembre de años 2009 los obreros hallaron, mientras remodelaban el monumento, un cilindro de hierro en cuyo interior había un acta testimonial. El documento extraído bajos los cimientos del monumento al General San Martin”, como bien se sabe, como toda acta o constancia de actuación debe completarse con   firmas de las autoridades y vecinos, sin embargo, todas las firmas y los testimonios ya no existen como tales. Pues, debajo de la deteriorada acta, lo poco que puedo leer, lo poco que queda del papel dice:
 
Tartagal (Pcia de Salta)
 
A los 17 días del mes de agosto de 1947 en la plaza Mitre se levanta esta acta base del monumento al Gran Capitán Don José de San Martín.
 
Las crónicas señalan: “el 17 de agosto de 1948 asisten a la plaza, que a partir de este día se llamará “Plaza General San Martín”, el primer magistrado de la provincia Dr.  Lucio A. Cornejo y sus ministros, legisladores, funcionarios, se encuentra el representante del Senado nacional el Dr. Jorge F. Bavio. Se destaca la presencia del Mayor Jorge Gregorio Rosales. Se hallan las firmas de Tomás Ryan, Eugenio Pulido, Julio Andrés Ferreyra, Jorge Camacho.” El nuevo monumento se halla revestido con madera (roble), realizado por un orfebre griego.

Al momento de descubrir el acta: el estado del acta es bueno (o era bueno). Casi seis décadas más tarde el documento es rescatado, colocándolo en uno de los monolitos ubicados en el centro de la plaza. – Cosa errada - el acta se encuentra prácticamente borrada, es imposible su lectura, no se puede notar quienes la firmaron al pie de la misma: las autoridades y vecinos de aquella de época. Al encontrarse expuesta (a pesar del vidrio) al aire libre, dicho testimonio está a punto de desaparecer: ya no será un documento histórico de la Tartagal. Cuando en realidad, el acta hubiera sido resguardada en un museo, en una biblioteca para su mejor conservación.
 

III
 
Esta es una historia sucedió en durante la década de 40’ cuando dos hombres se encontraron en la plaza a las cuatro y media de la tarde: un hombre llamado Zimba, y otro llamado Nazario. Dos hombres con características étnicas distintas, pero dotados de una fuerza que los igualaba.

Zimba apareció por el noreste, por la esquina de Alberdi y Güemes; su apariencia dejaba ver el torso desnudo, que denunciaba   dos cicatrices: una en el hombro y otra en el brazo; tenía los pies descalzos, vestía una chiripa y le cruzaba un arco para flechas en el pecho. Del labio inferior de la boca le colgaba un tembetá, un aro de madera sujetado al labio inferior de la boca.  Según Santos Vergara, en referencia al pim pim, baile agrario guaraní dice:  los más ancianos aún conservan las huellas de tembetá, que era un botón inserto en el labio inferior, signo distintivo de los hombres más ancianos de la comunidad. [3] Zimba pertenecía a la etnia de los chiriguanos.  En tanto, Nazario venía en diagonal, del lado contrario, es decir, apareció por la esquina de San Martín y Rivadavia. Quizás vendría de la estación de tres Manuela Pedraza. Nazario era un hombre criollo, hijo de un peón de aserradero y de venderá de pan. Nazario sufría de retraso madurativo porque le costaba hablar con normalidad y andaba a los gestos. Vestía un pantalón que le llegaba hasta las rodillas y una remera corta que dejaba el ombligo, calzaba unas chancletas números cuarenta y dos.

De pronto Zimba y Nazario se sorprendieron de verse el uno con el otro.  Cada cual se sintió amenazado, y por ese motivo se agarraron a pedradas en medio de la plaza, mientras vociferan: uno gritaba en su idioma chiriguano, el otro balbuceaba y gesticulada, mientras recibía algunos cascotes en la cabeza.

Zimba fue unos de los últimos chiriguanos que se pude observar, un aborigen con chiripa, tembetá y un arma de caza; seguramente había regresado triunfante a la comunidad, distante a 4 kilómetros de la plaza. Nazario, en cambio, se volvió a su casa, supongo con unos cuantos chichones en la cabeza.
 

IV
 
Esta historia casi nadie la sabia: sucedió en febrero de 1941. El hecho fue pasando de generación en generación. Un singular episodio de la historia de Tartagal, sucedida justamente en la “Plaza Mitre”. 

Daniel me la hizo llegar como testimonio oral, un día que nos encontramos en la plaza San Martín. Daniel “el mono” Martínez falleció el veinte de marzo de 2024. 


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[1] Tartagal ñaupa, (2018), pág., 64.
[3] Pasaron cosas. Crónicas de la ciudad tropical, (2020), pág., 55.
[2] Tartagal y norte del Bermejo, (1997), pág. 149.

 

JORGE ROLANDO ACEVEDO nació en Tartagal, Salta, Argentina el 10 de abril de 1968. Es profesor de Historia y de Letras, poeta y escritor. Ha publicado los libros: Eres como la hierba, (1997), El caminante, (2006); Habladurías. (Cuentos para un ratito, versos para una hora) (2020); Dadelos, la casa del silencio, (2020); Nodriza de luna. Poemas de amor, (2023), en coautoría con Débora Rojas; Metadatos. Antología personal, E-Book, (2023); Julia Tercero y otros cuentos. Antología narrativa, E-Book, (2023).  Participó en diferentes antologías digitales en Perú, Colombia, México, Venezuela y Eslovenia. Colaboró en el Canal Rincón Poético (You Tube); Radio Pirinola (México); Maratón poético, (México). Beneficiario del Plan de reactivación cultural. Gobierno de la provincia de Salta. Rubro Letras. (2021). Ganador del Fondo Ciudadano de Desarrollo Cultural. Ministerio de Cultura, Turismo y Deporte de la Provincia de Salta. (2019)


Fotografía de Pexels. 

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