Cerdo, poema del libro inédito Los estómagos | Luna Miguel


Me pregunto cómo ha llegado esta cabeza de conejo hasta mis manos.

Cómo ha rodado, escalera arriba, hasta el corazón del Raval,
arrastrándose, escalera arriba,
girando, escalera arriba hasta mis manos.

Me pregunto quién mutiló al animal. Me pregunto cuántos estómagos
hacen falta para vencer el hambre.
Me pregunto: hay cuartos oscuros
y humedades en venta,
hay insectos de alquiler y trasteros que huelen a ceniza.

Todos los días una mariposa muere encerrada entre los calefactores.
Pero no hay peligro porque el invierno ya se acaba,
y con él los poetas que hablan del frío
y con él los suicidios y las mariposas
y con él los conejos domésticos,
comestibles.

Me pregunto cómo ha llegado mi lengua hasta el techo de los muertos.
Con la ciudad encendida.
Con su cabeza bien sujeta entre los dedos.


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