RELATO The tango files | Lourdes Vázquez

Paul Klee, 1920. Óleo sobre cartulina. 49 x 42.5 cm. Städtische Galerie im Lenbachhaus. Munich.

...Los milongueros somos todos egoístas. Andamos toditos enamoramos de nuestra imagen. Esa reflexión dislocada en el estanque de la milonga que construye un ente eficaz en la pista de baile. Porque después de todo el tango es aquella música cuidadana que continúa valorando la ilusión del transmigrado en el continuo rehacer de su historia. El tango es el experimento, el trance del deseo, el cuerpo del pensamiento que describió Deleuze. Narciso en la pista de baile proyectando todo el luto del coraje ciudadano. Todos se cruzan miradas de desafío. También Borges. Borges se descruzó con muchos por su definición del tango. Nunca le interesó el tango con letra, de la época de la segunda inmigración porque lo consideraba sentimentaloide. No se podía imaginar al compadrito llorando por las esquinas por culpa de una mujer. Pero la realidad era otra. La inmigración trajo a los hombres y las mujeres se quedaron allá al otro lado del océano o en la pampa, en espera de noticias. Entonces el tango habló de extrañamientos físicos, de destierros emocionales, capas de exilios que como espejos se diluyen en la memoria. La quise porque la quise, y por eso ando penando, se me fue ya ni sé cuando, ni sé cuando volverá. Para aquel tiempo el exilio se manifestó macho con macho.

Compadritos con pelo engominado enlazándose como parejas, con los brazos en los hombros o en la cintura del otro, en donde podían enfrentarse a la letra, a la melodía del algún bandoneón. Ambos cuerpos tornados muchas veces hasta unos ciento sesenta grados, para someter en gancho el pie o el muslo de la pareja o tal vez para obstaculizar o empujar el pie, la rodilla o la cadera del otro a la par que continuaban caminando en un paso lento, gatuno, peligroso. Entre las sábanas de los prostíbulos las gatas (prostitutas) imitaban a los hombres en su ritmo casi animal.

Mujer con mujer ahora desafiando el ajetreo de los machos, volteándose al ritmo de una letra de tango que cuestionaba o disputaba el honor precisamente de esa mujer. En los cabarets estas gatas decoradas con trajes largos, y ceñidos y escotes amplios y profundos y botitas coquetas, se impulsaban contra los espejos de sus otras: construyendo giros, molinetes, ochos, sacadas, salidas, cortes y quebradas en una ansiosa búsqueda por la libertad. Manoseándose la cintura, halagándose el pecho, adulándose los rostros, sobándose los brazos, arullándose y ambicionándose los cuerpos, así se lograba ascender al Nirvana en un peregrinaje de emociones y actitudes que permitían distraer la vida, que permitían insertar alas para elevarse felices, purificando de cierta manera lo absoluto de lo inmediato. Percanta que me amuraste en lo mejor de mi vida




Lourdes Vázquez, nacida en Puerto Rico y residente en los Estados Unidos, es poeta y narradora. Obtuvo el premio Juan Rulfo de Cuento en 2002 en Francia por su cuento “La Estatuilla”. Su novela Sin ti no soy yo forma parte de la guía “The New Essential Guide to Spanish Reading” (2012), compilado por la organización America Reads Spanish y su novela traducida al inglés Not Myself Without You (Bilingual Review Press, 2012) forma parte de  la lista Top 10 New Latino Authors to Watch and Read. En 2014 recibió dos Menciones de Honor: Mención de Honor por su poemario: Qué ves?, Premio Nacional Luis Lloréns Torres, Casa de los Poetas, 2014, Puerto Rico y Mención de Honor del Paz Prize /Poetry National Series por su poemario: Un enigma, esas muñecas (Madrid: Torremozas, 2015). Entre sus últimos libros se encuentra una antología de su poesía en italiano: Appunti dalla Terra Frammentata (Italia: EDIBOM, 2012); Adagio con fugas y ciertos afectos (Madrid: Verbum, 2013); Samandar: libro de viajes/ Book of Travels (Buenos Aires: Tsé Tsé, 2007) y La mujer, el pan y el pordiosero (Eón: México, 2010). Es también compiladora de la antología Cuando narradoras latinoamericanas narran en Estados Unidos (Argentina: Fundación A. Ross, 2009). Su libro The Tango Files, se puede descargar de la revista 80 grados.

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