XVII
He visto a las moscas danzar tímidas entre las grietas
en los muros en la espuma rota de los vasos
las he visto danzar sobre la serpiente
en la taza que alguna vez tocó una boca
las he visto en los lomos de las sillas
en la mirilla de las armaduras
en las uñas de los perros
en la sombría llaga que las besa.
He visto la errante mordedura
en el huerto que las traga
en mi dedo que las hunde en el estanque.
XVIII
En su extremidad arrítmica
una palabra se dibuja en el aire
mientras la mosca patalea
y destila en el lengüeteo rancios vapores
en la vena del viento
en todos los lugares en que la quieren y desprecian
y la mosca patalea
y cruje y se estira
y se alarga
liviana y tibia
va va va
y viene
apretujada entre tantas otras
se adolece del vacío en las entrañas y busca
patalea para no caerse arrítmica y nerviosa
la observo fijamente
doy vuelta a mi mano para atraparla para que no se arrastre
ella no es del suelo ella es torpe pero mosca
no derrama los quebrantos los aletea
pata a pata se empuja y se lanza como suicida
va va va
desértica
ha dejado atrás el torso deshecho
inundada de muerte
quiere llegar al amarillento lagrimeo
a la gotera y a su humedad negra
para ella el cielo es un techo
que se cae a carcajadas.
XIX
El vaso roto contiene el último licor de la tarde
la mujer se fue antes de la lluvia
con un caparazón y una lengua larga.
En sus ojos corre un volcán
con la prisa de las pescaderías y de los batallones.
El cielo amenaza a la mosca que se enreda en su cabello.
El día transcurre
en el útero de la guerra.
0 Comentarios
Recordamos a nuestros lectores que todo mensaje de crítica, opinión o cuestionamiento sobre notas publicadas en la revista, debe estar firmado e identificado con su nombre completo, correo electrónico o enlace a redes sociales. NO PERMITIMOS MENSAJES ANÓNIMOS. ¡Queremos saber quién eres! Todos los comentarios se moderan y luego se publican. Gracias.