ENSAYO Reconstrucción del significado en Dios en un Volkswagen amarillo, de Efraím Blanco ** Obra ganadora de la XI edición del Concurso Nacional de Cuento Juan José Arreola (2012) | Ana Elizabeth Márquez Rodríguez

Efraím Blanco creció y se desarrolló como estudiante y escritor en Cuernavaca, Morelos, lo cual es parte importante en su ámbito como creador literario, generando una literatura con tendencia a la crítica social, enfocada en las problemáticas percibidas en su estado natal.

Dios en un Volkswagen amarillo se dio a conocer en el año 2012 al ser la obra ganadora de la XI edición del Concurso Nacional de Cuento Juan José Arreola organizado por el Centro Universitario del Sur de la Universidad de Guadalajara:

Esta obra fue declarada ganadora por ser un libro consistente que desarrolla múltiples historias interesantes en poco espacio; utiliza el sarcasmo, el humor negro y el ingenio [...] bien estructurado en tres partes que conserva unidad, densidad y profundidad, retomando la ficción breve arreolina. 

La estructura de minificción presentada en los textos de la antología es un recurso interesante en la literatura del autor expuesto, así como también el uso de humor negro y fantasía en situaciones cotidianas que resultan “afectadas” por medio de la unión de ambos elementos. Pensar en estos recursos nos lleva a la necesidad de saber si se utilizan con un fin estético o como una forma de externar una crítica con trasfondo social; es de esta forma en la que mi análisis se encamina en la búsqueda de la “reconstrucción de significados”, mediante el humor y el uso de personajes míticos o de cuentos, tal es el caso de la imagen del demonio o diablo, que está presente en más de unos de los cuentos de Blanco.

“Hasta que la muerte los separe” es un claro ejemplo del uso del símbolo del diablo y del humor negro que retrata lo absurdo de la vida de los personajes; una mujer conoce a un hombre, estos se enamoran y contraen matrimonio, pero al paso del tiempo la situación se torna incómoda, las actitudes cambian, así como también el físico del marido, literalmente éste adquiere cuernos y la casa se convierte en un completo infierno. La ironía y el humor se muestra cuando el personaje femenino, describe todas las situaciones en las que se encuentra, y el desagrado con el que vive, pero todo esto se ve opacado al momento de pensar en un divorcio, dado que eso no es aceptable dentro de sus estándares sociales.

Jean Chevalier presenta la imagen del diablo dentro de su Diccionario de Símbolos, como una entidad encargada de corromper y desestabilizar.

Pasar la gacheta del pestillo es ser o maldito o sagrado, víctima del diablo o elegido de Dios. Es la caída o la ascensión. A la idea de Dios está asociada una idea de abertura del centro cerrado, de gracia, de luz, de revelación. El Diablo simboliza todas las fuerzas que turban, oscurecen y debilitan la consciencia y determinan su regreso hacia lo indeterminado y lo ambivalente, centro de la noche por oposición a Dios, centro de luz. (VIRI, 791). El uno arde en un mundo subterráneo, el otro brilla en el cielo. 

La “reconstrucción del significado” es un término contenido en la Retórica de la ironía de Wayne C. Booth; este lo define como el momento en que “el autor quiere que el lector reconstruya un significado distinto al literal” (Llera, 2003, pp. 192).

Con esta reconstrucción y el uso del humor, podemos dejar de lado la materia literal que se encuentra contenida en el texto para dar paso al trasfondo.

La violencia dentro de la familia es el problema central en “Hasta que la muerte los separe”; mediante la ironía, el sarcasmo, el humor ácido y la imagen del demonio se presentan una situación que se vive con frecuencia dentro de las sociedades machistas y regidas por los conceptos sociales y religiosos que ante las personas no pueden romperse, ya que se convierten en códigos absurdos que llevan a la degradación de las personas afectadas.

Un par de cuernos en la frente de su amado confirmaron sus temores. Luego los gritos y así hasta el primer golpe. Maleta y niño en brazos a casa de mamá. Lo perdonó tantas veces como suelen perdonarse los que dicen que se aman. Podrá haberse casado con un demonio. Pero divorcio ni pensarlo (Blanco, 2012, pp. 94).

Cabe destacar que fuera de la ficción en el contexto socio-cultural en el que se maneja el autor, el estado de Morelos resulta ser el quinto lugar nacional en violencia familiar, dando como resultado la crítica y la denuncia por parte del creador literario.

El segundo cuento a analizar se titula “Día familiar”, y como alusión al título, es precisamente una familia la encargada de protagonizar la historia allí contada. Una mañana al despertar se encuentra un diablo muerto en el jardín, del cual nadie quiere hacerse cargo, pero que llega el día donde este resulta útil para conseguir algo material: un viaje al Caribe.

Nuevamente los prejuicios sociales salen a flote y el qué dirán se vuelve un problema en su cotidianidad: “Mi mamá piensa que lo mejor sería quitarlo de una vez porque da muy mala imagen y quién sabe qué vaya a pensar la sociedad” (Blanco, 2012, pp. 16).

La imagen del ángel caído se convierte en los secretos o problemas que se presentan dentro del núcleo familiar o social, y de los cuales nadie quiere hacerse cargo y prefieren ignorarlos, pero siempre con la mentalidad de aparentar.

La literatura de Efraím Blanco es una clara respuesta a cómo la sociedad se ve afectada por eventos que la transforma; las dinámicas sociales cambian al encontrarse en entornos donde se vive en amenaza o constante violencia, y donde los “reglamentos” sociales se encuentran aún regidos por una minoría. La forma en la que lo presenta el autor, es abordando todas estas problemáticas sociales de una forma humorística, quizá fantasiosa, pero con una cruda y directa forma de manifestar la inconformidad.

REFERENCIAS

Blanco, E. (2012) Dios en un Volkswagen amarillo. México: Editorial Universitaria.
Chevalier, J. (1986) Diccionario de símbolos. España: Editorial Herder.
Llera, J. (2003) El humor verbal y visual de La Codorniz. España: CSIC.

ANA ELIZABETH MÁRQUEZ RODRÍGUEZ. Estudiante del cuarto semestre de la Maestría en Estudios Literarios Mexicanos de la Facultad de Letras y Comunicación de la Universidad de Colima.

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