POESÍA Muestra poética || Rosa María Hernández Ochoa



TRANSFORMACIÓN
 
Soy un montoncito de polvo gris
en el fondo plano del matraz.
Siento la flama azul-naranja del mechero,
transformándome en un vaho violeta.
Me expando entre los cristales,
a más calor, más me expando.
Duele, me transformo.
 
 
A PACO
 
Para Francisco Amparán, 
escritor lagunero
 
Hace años murió.
Ahora te entiendo
escribir frente al cuaderno en blanco.
 
En el fondo hay un cordel, 
jalo de él en el instante ciego,
justo antes de ya no respirar.
Cruzo sutil la línea 
me asomo al elemento y no me atrevo.
 
Los plumbagos caminan hacia arriba,
flor sutil, suave, ligera.
La rosa roja crece en la pared opuesta.
 
Escribo,
el cordel me ha traído de vuelta.
 

EL AGUA ES LUZ
 
La vida se encoge dentro de mí.
Tengo nueve años.
Es mi primer encuentro con la muerte.
Enriqueta Ochoa
 
I
 
Pienso en tu primer encuentro con la muerte.
A tus nueve años con un feto entre tus manos, violeta, membranoso.
Y en el bermellón esparciéndose en las sábanas blanquísimas de la cama de tu madre.
Me paraliza tu horror entre el olor sanguinolento y el inquietante silencio.
Tiemblo de miedo.
—¿Qué se hace con un muerto? —has dicho.
—¿Qué se hace con un muerto
que nunca vio la luz?
Pienso si fue mejor así,
Dios no se equivoca.
¿Y si en oscuridad profunda hacemos oídos sordos a los ecos de Dios? /
Nunca lo sabremos.
 
 
II
 
Eras / tan pequeño.
Nadie sabe cómo hubieras desemparejado
los bandos de la familia.
No naciste. Y cuelgo sobre tus hombros
labores de rescate.
Hubieras preferido el campo,
al patio de geranios y helechos de tu madre,
donde se escuchaba el amanecer anunciado
por los pájaros desde sus jaulas.
Añorarías el campo,
la leche tibia por las mañanas
y el aroma a canela y anís.
Ahí te habrías quedado entre la yerba fresca.
 
III
 
En el campo soy mamá Justa,
cabalgo y arreo los rebaños.
Soy mujer y fuerza.
Voy por mi madre y mi hermana.
Florece el ganado y el trigo.
Los gallos nos recuerdan cada mañana,
que hay que echar a andar la casa con el corazón.
Cantando, madre,
no contando centavos en la joyería,
ni mi hermana en la trastienda.
La vida fluye,        
la voz de Dios clarea en cada arroyo,
salpica la luz.         
El agua / es luz.

ROSA MARÍA HERNÁNDEZ OCHOA. Nació en Torreón, Coahuila. Estudió Química Farmacobióloga, profesión que ha ejercido a lo largo de su vida. Forma parte del café literario del teatro Isauro Martínez. Su inquietud por escribir despertó por primera vez a raíz de un taller de escritura en tiempos de la pandemia. Publicó en el libro colectivo A través de la rendija, Torreón en 2020, que se presentó en forma virtual en el Teatro Isauro Martínez; Travesías de tinta, colección de Microrreelatos, Monterrey, N.L., presentado en forma virtual en la FIL, Monterrey, N.L., 2021; Trayectos y otras travesías, Monterrey, N.L., colectivo de Micorrelatos encadenados, que se presentó en la pasada Feria Internacional del libro de Monterrey N,L., en octubre 2022.

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