POESÍA Selección de poética de Pablo Esteban Fuentealba Peñailillo

  
ESPECTRALES ROSTROS
 
Los rostros que galopan de forma espectral,
a través de oscuros llanos, detienen su paso,
habido de luz, para cuál relámpago ajeno,
cortar los vientos y soslayar las sombras
de un recién nacido crepúsculo.
 
El bramar de sus terribles cuernos resuena,
entre las monturas de los hombres,
para alzarse iracundo, sobre el centinela dormido
que, inmerso entre la bruma,
busca la manera de homenajear a un nuevo mártir.
 
Uno que, como tantos otros, cometió el grosero error
de ignorar el solitario peso, de metales fundidos,
que cae sobre los hombros de quienes
no saben cuándo terminar con la batalla.
 
 
EN LAS PROFUNDIDADES DEL DÍA
 
Los hombres que yacen invisibles,
en las profundidades del día,
cocidos al torso del reflejo diario,
temen a la comunión de ideas;
que se puede llegar a dar más haya
del brillante paraíso que pregonan.
 
¡Labradores de cielos artificiales!,
no hacen más que dejar a su paso una estela
de muerte, desolación y tierra quemada…
¡una sobre la cual nada ha de crecer!,
¡una sobre la cual el sello impreso,
del mismísimo Satanás, queda registrado!
 
Pero cuando llegue el día, en que la ciudad
sea capaz de abanicar, bajo la raíz de su ala,
el eterno oleaje de los marginados;
las voces de quienes claman por algo de justicia.
 
Tendrán la fuerza y el ímpetu suficiente
como para deslizarse, a través de las calles,
¡vírgenes de culpa y rastro!, para visar
el gris paisaje que, tan tristemente, la adorna.
 
 
PUNZANTES REFLEJOS
 
Nos negamos a aceptar, los punzantes reflejos
que, a diario, enturbian nuestras pupilas,
¡relativizando todo a su paso!,
como si se tratase de indolentes e indescifrables ídolos
que consumen al mundo con sus arrebatos.
 
Y desde la clandestinidad,
de nuestra terca e infantil insolencia,
el dolor de la realidad nos muestra ser capaz
de reescribir cualquier monumento o estrella;
¡por muy simbólicos que estos parezcan ser!
 
Nuestra inaugural mirada,
¡carente de todo tipo de compromisos!,
oscila, ebria de placer, entre burlescas diademas;
¡cuál péndulo errante al que le ha llegado la hora
de iniciar el peregrinaje hacia lo desconocido!
 
 
TERRIBLE VERDUGO
 
Con mirar triste y desvelado, invoqué a la noche
para ahogarme entre los perfumes de su llanto;
la ira, el dolor y el mal juicio de mi alma desesperada,
no hicieron más que darme la razón.
¡La sangre siempre encuentra la manera
de engañar al altivo resquemor!,
clama en mi interior el terrible verdugo
que, bajo los más duros preceptos, en mí dormita.
 
Y todos los recuerdos inmundos del ayer
comenzaron, en un último adiós desvelado,
a esfumarse, en una triste y primitiva envidia,
de los resquebrajados labios de un festín extraviado.
¿Y quién velará por las cenizas de mi cuerpo?
¿Y quién decapitará a la noche de duros tratos?
 
Cuando galope contra las luces y sombras
de un último crepúsculo en llamas;
mi imagen les resultará tan sublime y cercana,
a los enjambres de listas mentes,
que no habrá lúgubre luto ni féretro ardiente;
que sea capaz de abandonar
el entrecejo triste de mi rostro desorientado.

Fotografía de Internet. 

PABLO ESTEBAN FUENTEALBA PEÑAILILLO (18 de julio de 1992, Constitución. Chile), nació en el seno de una familia ligada a la educación. Licenciado en Ingeniería en Construcción y Diplomado en Gestión de Proyectos. Se ha desempeñado, durante siete años, como asesor de proyectos de ingeniería para el Ministerio de Educación de Chile. Ganador regional del concurso Nacional: “Historias de nuestra tierra FUCOA 2021”. Sus poemas han sido publicados en diversas Antologías y Revistas Literarias —tanto nacionales como internacionales—; entre las que destacan: la revista literaria Litefilos, Boca 'e Loba, Converso, Mal de ojo, Montaje, Komala, Perro negro de la calle, revista literaria Centro y en la revista literaria Casa Bukowski.


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