POESÍA Marea y confusiones || Izak Torres


I

Cuál será el misterio o el río que corre hacia tus mares. 
De dónde nacen tus criaturas, tus manos leves, 
tu sal y tu tierra, tus frutos de primavera frágil y brillante. 
Serán acaso tus preguntas y tus labios y tus sonrisas la respuesta. 
Y la nada. 
La noche entera en su tersa soledad,
donde subes y viajas hacia el porqué de las cosas y la ciudad marchita. 
El perpetuo callar de las rocas, de la tierra 
y los jardines que bañas con tus brisas. 


II

O acaso si te escondes, en qué, no te sé. 
No hay esa lógica de los vaivenes limpios, o explicación o solución. 
No sé el tono exacto de tu melodía o el sentido de tus sienes,
ni doy con el rumbo exacto de tus dedos. 
Tu cuerpo breve, tu aroma perpetuo. 
Mis ansias que crecen a la sombra de tus manos, 
mis ideas que mueren a los pies de tus olvidos. 


III

Triste forma del amor que ya no es nuevo. 
Que no nació ayer, quiero decir. 
Amor cuyo flechazo ya luce cicatriz. 
Amor del que queda una ciudad manchada de bombardeos, 
una calle taponada una y mil veces. 
Triste ventana a la que asomarse en lluvia 
o vaivén de huracanes solitarios. 
Jardines muertos de una plenitud que fue y no se va a repetir.


IV

El dolor o la sangre. 
El cristal, o las lágrimas o la tierra. 
Asfalto caliente, una calle que asfixia. 
El mar que no deja de rugir, 
montañas que colapsan sobre sí mismas y las nubes confusas. 
La lluvia o la sangre. 
La sangre o la carne o el lodo. 
El fuego en las venas abiertas, el vaso vacío. 
La tierra, el cristal metido en la carne, 
los huesos o el asfalto o el dolor. 
El dolor o la nada.
La nada o el ataúd. 
El vértigo, aterido y abominable ser que he sido 
que soy. 
Seré sangre y polvo y tierra. 
Cenizas, lluvia y sal. 
Tierra quemada, roca incandescente, 
volcán en lava permanente. Tierra baldía. 


V

Rompen las olas de la mente en el puerto del olvido. 
Lamento de dagas y de sal. 
Silencio. 
El pan eterno de la muerte. 
Triste y solemne la paz esquiva, 
enfermos de polvo y ceniza y vacío. 
Inerte esperanza atada a los tristes pasos de la arena. 
El alma se ahoga en su propio eco.


VI

Cada vuelta al sol se abren nuevos abismos, nuevas rutas de la incertidumbre, nuevos lazos de crueldad nos encadenan a la silla eléctrica. Sangre de las madrugadas duras en plenitud de nuestra alcoba triste, el vacío jardín ausente de tu carne. Las madrugadas crean nuevos sus insomnios tristes, sus pausas eternas entre el tic y el tac de manecillas que no cesan. Idea el amanecer nuevos lenguajes del horror, nuevas treguas y un alto al fuego de mis horas grises, zona verde de mis batallas plenas donde he o no de firmar mis sombríos acuerdos de la paz.


Fotografía de Pexels.

IZAK TORRES (Mexicali, 1987). Egresado del Instituto Tecnológico de Mexicali con una licenciatura en Contaduría Pública. Ha realizado dos cursos en línea sobre Literatura Universal e Historia de la Literatura. Cuenta con dos exposiciones de poesía visual y collage artístico en galerías del Instituto Tecnológico de Mexicali. Actualmente, trabaja en el área de Finanzas de Pepsico International Company. Su enfoque creativo se centra en la poesía, tanto en verso como en prosa, además del relato corto. Actualmente, está desarrollando su antología personal titulada Calamidades y Transformaciones.

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