ESCAFANDRA ¿Quién es libre? | Blanca Vázquez


La libertad es lo que haces con lo que te han hecho.
Jean Paul Sartre

¡Nuevo año, nuevos propósitos, nuevas ideas, nuevo todo! Pero en ese “nuevo” ciclo muchas veces se sigue aferrado a situaciones, cosas o personas que han formado parte de nuestros ciclos anteriores y queremos pensar que pueden seguir con nosotros, pero a veces, las situaciones tenemos que concluirlas o dar otro rumbo para poder avanzar, las cosas ya no van ad hoc a nuestros espacios, ya no tienen utilidad o bien simplemente ni siquiera las llegamos a usar ( la ropa es un ejemplo tangible, pensamos que esa falda que usábamos en la preparatoria podrá algún día volver a quedarnos y no), las personas también van evolucionando y no tienen por qué estar con nosotros siempre, ellas también tienen que ir encontrando otros cielos en donde levantar vuelos. Esto no significa que ni las situaciones, las cosas o las personas se vuelvan nulas para nosotros, para eso está nuestra memoria, para guardar los recuerdos; significa que damos paso a la libertad. El escritor Ramiro de Maeztu[1] nos decía que la libertad no tiene su valor en sí misma: hay que apreciarla por las cosas que con ella se consiguen. Así que tenemos que buscar que fluyan todos estos elementos si de verdad queremos nueva vida.

A muchas personas les desagrada el festejo de fin de año, pero, para qué molestarse, podríamos pensarlo como un ritual de paso, con el cual podemos construir nuevas situaciones, nuevas versiones de nosotros… ahora, lo importante es no extraviarnos en ese ciclo. Porque sin duda y ustedes lo saben, la lista de deseos o propósitos es tan extensa que sólo dura las dos primeras semanas del nuevo año y luego ¡Abur! He estado pensando que a veces la edad nos va dando la oportunidad de tratar de entender todo esto, es complicado, lo sé. Mi hijo hoy sé que va construyendo su identidad, su vida laboral, su propio destino y yo ya no puedo estar detrás de él, duele sí, pero tiene derecho a su libertad, ahora dependerá de él, porque como el magnífico Goethe[2] mencionaba sólo es digno de libertad quien sabe conquistarla cada día. Creo que hoy estoy lista, al menos en estos días que he pensado, reflexionado, llorado, enojado, suspirado y hasta soñado, con las consecuencias de dejar ir situaciones, cosas o personas.

Estoy en proceso de tesis, pero las vacaciones me sirvieron para hacer renovación externa e interna, mi estudio fue modificado, he abandonado engargolados, cartas, adornos, plumas, cuadritos, y hasta piedritas que había acumulado durante cuarenta cuatro años. Cambié en la recámara un espejo mediano por uno grande, así sin miedo puedo verme la ultima arruga o cana que va apareciendo y sé que no puedo patalear porque eso suceda, los años también se dejan ir, se les da libertad, porque de eso se trata la vida. Cuánta libertad tenemos y a veces nos encarcelamos en momentos determinados que nos van aplastando en nuestros nuevos nacimientos. Uno no siempre hace lo que quiere, pero tiene el derecho de no hacer lo que no quiere… esa frase la encontré en una de mis viejas agendas (y que ya deseché) y es de uno de mis escritores favoritos Mario Benedetti[3], y cuando la volví a leer dije ¿Cuánto tiempo para de verdad ponerla en marcha? Pero sé que aún hay tiempo.

2016 fue cruel en muchos aspectos, creo que mostró lo más repugnante de las humanidades, fallecieron grandes íconos en la música y en la literatura, y muchos, muchos lo lamentamos, pero, no acaso también murieron cientos, miles de personas que aunque no eran famosos también valía su existencia en este espacio, lo pensé y me respondí, qué jodidos somos, o más bien, que soberbios, creer que sólo a quienes nosotros admiramos o queremos valen la pena, pero también hay otros seres vivos que deberían dolernos y no, ni siquiera pensamos en ello. Es más, pienso en la Tierra misma que se duele, como dice Bebe[4] en una de sus canciones

La tierra tiene fiebre
Tiembla, llora, se duele del dolor más doloroso
Y es que piensa que ya no la quieren.
La tierra tiene fiebre
Tiembla, llora, se duele del dolor más doloroso
Y es que piensa que ya no la quieren.
Y es que no hay respeto por el aire limpio
Y es que no hay respeto por los pajarillos
Y es que no hay respeto por la tierra que pisamos
Y es que no hay respeto ni por los hermanos
Y es que no hay respeto por los que están sin tierra
Y es que no hay respeto y cerramos las fronteras
Y es que no hay respeto por los niños chiquininos
Y es que no hay respeto por las madres que buscan a sus hijos.

Ser honestos con nosotros es saber qué podemos dejar ir y por qué es necesario, los psicólogos nos dirían que hagamos una introspección (aunque muchos no crean en ellos) yo les voy haciendo caso y me propongo a explorar mis pasiones, aquello favorito, aquello que decimos que amamos, aquello que anhelamos, aquello que según nos luce tan bien, aquello que escribimos, aquello que compartimos… pero que nos va asfixiando sin querer darnos cuenta nos está indicando luz roja, ¡Mayday, mayday! Recordemos ¿Quién es libre? Sólo el que sabe dominar sus pasiones, como bien dijo Horacio[5].

Para escuchar

* Bebe. Pafuera telarañas. Pop rock. 2004.
* Leonard Cohen. Old ideas. Folk rock.  2012
* Nina Simone. The Philips Years. Jazz. 2016
* Joan Manuel Serrat. Serrat sinfónico. Canción de autor. 2003.


Itasavi1@hotmail.com

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[1] Ramiro Maeztu, escritor español y miembro de la Generación del 98. Autor de La crisis del humanismo.
[2] J. Wolfang Von Goethe, iniciador del Sturm, Und, Drang (Tormenta e ímpetu). Autor de Fausto.
[3] Mario Benedetti, escritor uruguayo. Autor de El olvido está lleno de memoria, La tregua y otros más.
[4] Bebe, cantautora y actriz española. Pafuera telarañas y Cambio de piel algunos de sus discos.
[5] Quinto Horacio Flaco, poeta romano. Arte Poética y Sátiras entre sus obras que seguramente habrán leído en la preparatoria.

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