Actualmente, a un año y medio desde que empezó la pandemia las clases en línea siguen dando mucho qué desear para la triada del conocimiento: maestro-alumno-padre. Si bien es cierto, el encierro reestructuro nuestras actividades diarias y la educación se volvió el pico del iceberg pues adaptar una rutina y un ambiente de estudio en nuestra casa parecía una tarea imposible e interminable.
La realidad es que, aunque tengamos un espacio idóneo para la realización del “homeschooling” no lo es todo. Seguro que hasta este punto hemos escuchado hablar de estrategias de aprendizaje, pero poco las vemos implementadas en los salones de clases. Los maestros efectivamente, son los encargados de enseñarles a nuestros hijos, pero los padres de familia también son responsables del proceso (esto cuando hablamos de niños pequeños) sin embargo, para estudiantes que cursan desde educación secundaria hasta la universidad pasa algo distinto pues la autonomía se vuelve indispensable; a mayor nivel educativo mayor capacidad de independencia y responsabilidad.
Estudiar sobre cómo el ser humano aprende a aprehender indiscutiblemente nos lleva a la creación e implementación de modelos que intentan explicarlo, cada uno de ellos, aunque surgen de distintos marcos conceptuales pretenden asentar estrategias que ayuden a enseñar y aprender a través de las distintas clasificaciones de estilos de aprendizaje (Lozano, 2016).
Ya en 1988 Keefe precisaba: “Los estilos de aprendizaje son los rasgos cognitivos, afectivos y psicológicos que sirven como indicadores relativamente estables, de cómo los alumnos perciben interacciones y responden a sus ambientes de aprendizaje”.
Nosotros tomaremos como ejemplo el modelo de la Programación Neurolingüística (PNL) de Richard Bandler y John Grinder, un informático y un psicólogo-lingüista respectivamente. Los estudios de estos dos investigadores estadounidenses se realizaron bajo la premisa de buscar la solución a una comunicación eficaz, es decir, buscaban el “cómo” y no el “por qué” de algún comportamiento o una emoción.
Cudicio (1991) define a la programación neurolingüística como un “Conjunto de medios de comunicación y de la estructura de la experiencia subjetiva” donde: “Neuro” hace referencia a nuestro estado interior provocado por la percepción sensorial (entendiéndose que abarca la parte neurológica y la emocional subjetiva). Mientras que “lingüístico” es todo lo relacionado con la comunicación humana, sea verbal o no y que se ve reflejado bajo un comportamiento a la hora de comunicarlo.
Finalmente “programación” vendría a ser la capacidad para producir y aplicar programas de comportamiento, dando espacio a nuestra organización interior. Podemos concluir que el proceso funciona de la siguiente manera: una percepción sensorial (información captada por la vista, la escucha y el tacto) determina un estado interior que, a su vez, produce un comportamiento exterior de respuesta.
Romo, López y López (2016) catalogan fundamental que aquella persona que esté en el papel de “aprender” distinga la vía de ingreso por la cual la información llega a su cerebro: ojos, oído y cuerpo, o mejor conocido como modelo de PNL “VAK” (visual, auditivo y kinestésico). Habiendo dicho lo anterior, cabe por ejemplificar y aclarar las diferencias de los tres estilos de aprendizaje:
Estilo de aprendizaje visual: Caracterizado por la facilidad de recordar
información a través de organizadores gráficos (pueden ser mapas conceptuales,
cuadros sinópticos, etc.) y apoyos visuales (videos, fotografías y dibujos).
Por lo general, el estudiante con este estilo de aprendizaje suele ser organizado y claro a la hora de presentar sus ideas principales a modo de esquema, también usará colores llamativos en sus apuntes y notará fácilmente los detalles y cambios de su entorno.
Estilo de aprendizaje auditivo: A diferencia del anterior, conocen e
interpretan la realidad a través de sonidos, como bien lo ejemplifican
Contreras y del Bosque (2004): “Aprenden mejor cuando reciben explicaciones
oralmente y cuando pueden hablar y explicar esa información a otra persona”.
Gracias a esta característica suelen ser personas con gran facilidad de conversar, organizar sus ideas mentalmente, aprender nuevos idiomas y definitivamente la música.
Estilo de aprendizaje kinestésico: Predomina el gusto por la experimentación; algunos ejemplos podrían ser las tareas al aire libre y las representaciones, ya que permiten que las sensaciones y los movimientos formen parte del desarrollo del conocimiento.
En el salón de clases será muy común verlos relacionar la parte teórica con la práctica, ya sea en laboratorios o visitar lugares específicos para las tareas; cualquier espacio que les permita manipular los objetos. Suelen ser eficaces a la hora de tomar decisiones, es decir, son realistas y concretos para solucionar problemas o planificar tareas.
Aunque el ser humano no nace con un estilo predispuesto para su aprendizaje de por vida, solemos adoptar uno de los tres en mayor porcentaje que los demás, esto también dependerá de acuerdo con las necesidades del momento.
La importancia de reconocer a qué estilo pertenecemos y encargarnos de aplicar técnicas para dominarlo a nuestro favor será una herramienta eficaz que dará resultados en nuestro rendimiento académico y posteriormente nos hará productivos en nuestra vida como profesionales.
Ningún estilo de aprendizaje es mejor que otro, cada uno tiene áreas de oportunidad que deberán ser aprovechadas, por ejemplo; las personas visuales tienen la peculiaridad de ubicarse espacialmente logrando poder identificar una dirección o localizar un sitio, los auditivos por su parte pueden evocar experiencias del pasado o establecer vivencias presentes a través de sonidos y los kinestésicos, tienen la habilidad de desarrollar una memoria muscular al desempeñar actividades concretas como lo puede ser aprender a tocar un instrumento sin la necesidad de tener que estar viendo las acordes.
La vía para el aprendizaje autónomo no siempre tiene que ver con la materia o el maestro en concreto, aunque si bien, puede resultar un poco difícil distinguir el estilo de aprendizaje de un niño por las inherentes características de la niñez, en determinado momento cuando deje de serlo y se vuelva adolescente deberá afrontar más materias en su educación y una oportuna identificación de su estilo de aprendizaje le facilitará adquirir los conocimientos vistos en clase.
Hablar de una sólo estructura de enseñanza para un grupo de alumnos en los que perfectamente pueden incluirse visuales, auditivos y kinestésicos, es una utopía, aunque se supone que la dinámica de aprendizaje deberá abarcar las tres modalidades para no beneficiar a unos más que otros, la realidad es diferente, y es por eso que la autonomía del estudiante entrará en juego a la hora de tomar apuntes o ingeniárselas para estudiar de una u otra manera para sus exámenes o tareas de acuerdo a su estilo predilecto de aprendizaje.
Referencias
Contreras, O. & Del Bosque, A. E. (2004). Aprender con estrategia. Desarrollando mis inteligencias múltiples. Pax. https://books.google.com.bn/books?id=ws5BcG3DIUUC&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false
Cudicio, C. (1991). Cómo comprender la PNL. Introducción a la Programación Neurolingüística. Granica. https://books.google.com.mx/books?id=u-BhRA3BHsoC&printsec=frontcover&hl=es#v=onepage&q&f=false
Lozano, R. A. (2016). Estilos de aprendizaje y enseñanza. Un panorama de estilística educativa. Trillas. https://www.mendoza.edu.ar/wp-content/uploads/2017/11/ESTILOS-DE-APRENDIZAJE-Y-ENSE%C3%91ANZA-UN-PANORAMA-DE-LA-ESTILISTICA-EDUCATIVA.pdf
Romo, M. E., López, D. & López, I. (2006). ¿Eres visual, auditivo, kinestésico? Estilos de aprendizaje desde el modelo de la Programación Neurolingüística (PNL). Revista Iberoamericana de Educación, 38 (2), 1-10. https://rieoei.org/historico/deloslectores/1274Romo.pdf
Keefe, J. W. (1988). Learning Style Profile Technical Manual. Natl Assn of Secondary School. https://openlibrary.org/works/OL3291536W/Learning_Style_Profile_Technical_Manual?edition=
Foto de Jeswin Thomas en Unsplash
2 Comentarios
Sublime.
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