El escorpión, cuento de Paul Bowles



El escorpión | Paul Bowles

Una vieja vivía en una cueva que sus hijos habían abierto junto a un manantial en un despeñadero de barro antes de irse al pueblo donde vive mucha gente. No era feliz ni infeliz allí, porque sabía que el final de su vida estaba cerca y que probablemente sus hijos no volverían en ninguna de las estaciones del año. En el pueblo siempre hay muchas cosas que hacer y ellos estarían haciéndolas, sin molestarse en recordar el tiempo en que vivían en las colinas y cuidaban a la vieja.

En ciertas épocas del año, en la boca de la cueva caía una cortina de gotas de agua que la vieja tenía que atravesar para pasar al interior. El agua se escurría de las plantas despeñadero abajo y caía gota a gota sobre el suelo de barro. De modo que la vieja se había acostumbrado a pasar mucho tiempo acuclillada en la cueva para mojarse lo menos posible. Fuera, a través de las gotas de agua, veía la tierra desnuda alumbrada por el cielo gris, y a veces grandes hojas secas pasaban ante sus ojos impulsadas por el viento que bajaba desde las zonas más altas del país. En el interior, donde ella estaba, la luz era agradable, de un color rosado por el barro que la rodeaba.

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Foto tomada de Paul Bowles