ACERCAMIENTOS Escribir desde lo roto. Hontanar, de Armando Salgado | Daniel Medina



Alguna vez José Ángel Valente, parafraseando a Machado, afirmó que la poesía es como un diamante: fría, pero fruto del fuego. En otra ocasión, otro país y otro tiempo Lezama Lima escribía: "Como en un incendio, / yo quería sacar los recuerdos de la noche". Justo en esas dos sentencias cabe Hontanar (Secretaria de Cultura de Michoacán, 2015), el más reciente libro de Armando Salgado (Uruapan, 1985), que obtuvo el Premio Estatal de Poesía “Carlos Eduardo Turón” 2015.

De construcción particular y amena, Hontanar es un libro escrito en el pasado e iluminado en el presente. Recoge las experiencias de una vida que ahora es juventud alejándose, los primeros amores y las visiones de quien recorre las calles descalzo, con los pies hundidos en la tierra y sus lecciones. El poeta decide hurgar sus cicatrices de infancia y plenitud latente, para beber la luz del propio cuerpo.

Conformado por 40 breves poemas –el primero de ellos un epígrafe encarnado al texto–, Salgado construye un edificio de sentimientos y experiencias fundamentales para el hombre, desde aquel que lee sus primeras líneas de amor hasta el que contempla la belleza como un testimonio lejano. Con poemas que alternan el valor aforístico y la precisión del que ha bebido oro, Hontanar expone los momentos no de uno, sino de todos los hombres de la tierra:

Aunque el mar
fuera un lugar distante
era posible
andar sobre él
con los ojos cerrados.
Ver a nuestra madre
jugar con el viento
era escribir
su nombre en la arena
y contemplarlo eternamente.

Las personas y situaciones plasmadas en los poemas son plenamente compatibles con el lector que, además de hacer un viaje introspectivo, disfruta la sencillez y ligereza de los versos suaves, de sonido bello, armónico. Justo ahí radica la efectividad del libro. Cada poema exige una relectura y, en el acto, propone un resultado nuevo, lleno de memorias ilimitadas. También hay que decir que prácticamente Hontanar es un poema solo, una sola cinta de video corriendo ante nuestros ojos de manera fluida y penetrante, capaz de poner a toda la familia en la página sintiendo cada fonema, cada partícula como uno de sus ecos y vivencias.

La cocina era ámbar
centro de la tierra.
Las tortillas crecían
entre cenizas y un fogón.
Un sorbo de café
llenaba el estómago.
La sal, el picante, la carne
eran piezas
de un mismo apetito.
El comal era sol
calentando mis manos.

Aquel que ha perdido al padre, lo perderá de nuevo; aquel que llore a los abuelos, los llorará de nuevo; aquel que vea la inmensidad de los muros y las flores, la verá de nuevo. Todo esto será un acto de purificación y sobre todo, un ejercicio de lo humano.

***
Hontanar es escribir desde lo roto, ver fluir el agua de los que ya no vuelven. Así, entonces, Armando Salgado propone un libro breve y contundente, adecuado a las exigencias de una época que corre cada vez más rápido y deja menos espacios al acto del recuerdo. Por último, este libro debe leerse frente a la lluvia (o bajo ella), al ritmo del corazón y el calor del ser humano –entendiendo esto como todos los seres que hemos hecho nuestros–.

Tomados de la mano
aceptábamos
la sabia imperfección
de la vida.


=
Daniel Medina (Mérida, Yucatán, 1996). Es egresado del Centro de Educación Artística “Ermilo Abreu Gómez” con especialidad en Literatura. Autor del libro de poesía Mímesis para Gusanos (Ediciones El Viaje / Letras de Pasto Verde, 2015) Poemas suyos aparecen en más de una docena de publicaciones, como Punto en Línea, Monolito, El Humo, Vagón de Ostras y Parteaguas; así como en las antologías 8° Carruaje de Pájaros (Editorial Transeúnte) y Poetas Latinoamericanos (Editorial Imaginante). Recibió el Premio Nacional de Poesía Joven “Jorge Lara” 2014 y el primer lugar en el Concurso de Poesía “100 Años de letras mexicanas”, otorgado por el INBA y los diferentes Centros de Educación Artística del país. Dirige la revista de poesía Bistró.

0 Comentarios